Natalia Alfaro Almirante
Muchos niños, adolescentes y jóvenes están por cerrar el primer cuatrimestre escolar. Algunos se cuestionan que será en la preparatoria, cómo será la secundaria, otros chicos o chicas coquetean con la idea de una carrera técnica o profesional. Por momentos ven el libro de su vida escrito y ven muy lejos el vivir independiente sin embargo, se cuestionan que hay más allá de ese mundo contenido y cuidado por sus padres con el reto de cruzar la línea a una vida independiente.
Es por eso que este artículo es para estas familias que crecen a la par donde padres, madres e hijos están forjando su historia. No es el triunfar, es el recorrer un largo camino para llegar una meta que podría sorprender; ese camino podría cruzarse con historias lindas y otras poco favorecedoras aunque todas….. válidas para generar tolerancia y aprendizajes individuales que por momentos solo serán comprendidos, asimilados así como creados por chicos y chicas, que están siendo activos en su proceso.
Es inevitable que profesionales, padres y madres los acompañan pero por más que se quiera anticipar se sugiere como adultos dejarlos caer para levantarse ya que eso fortalecerá el espíritu además de que forjará el carácter de cada nuevo individuo que es un potencial creador de su historia.
Por momento se aprende en una creencia impuesta social que el estudiar es sinónimo de éxito, este espacio lo replantea a: “El conocer brinda poder para: indagar, cuestionar , descubrir y replantaer” sin embargo esa famosa palabra éxito viene acompañada de muchas experiencias a descubrir.
Te podría imaginar ¿Cómo sería la vida si incorporas el concepto la fragilidad? Esos tan satíricos término de equivocarse, reprobar, regresar, retomar entre otros muchos que la sociedad normaliza para indicar fallas.
El fallar es una experiencia de oportunidad y aunque no te suene fallar también es fuente de motivación. Sus principales funciones podrían ser que :
- Al fortalecerte y aprender de tus errores, te motivarás a intentarlo una vez más con ganas. En algunos casos la sensación de miedo, angustia y nervios se traducirá en una pulsión de energía para continuar.
- El fallar te permitirá autoconocerte y saber tus mejores áreas para ser tu propio incondicional.
- El equivocarte te podría motivar a buscar nuevos caminos.
- El fallar motivaría en algunos casos el establecer retos personales.
- El reaprender fomenta la tolerancia y la flexibilidad ante tareas y posibilita la solución de problemas.
Es por eso que el vivir las caídas durante el proceso de realizar alguna tarea es lo que genera la curva de aprendizaje. Entonces padre, madre, profesional si replanteamos “El término éxito y falla” posibilitamos un abanico de oportunidad dónde las equivocaciones posibilitan el éxito, la sensación de gratitud, felicidad y complitud.
