Miente conmigo, la marca del primer amor

Basado en la exitosa novela autobiográfica), del escritor Philippe Besson del mismo nombre Miente conmigo (Arrête avec tes mensonges es una destacada película dramática queer del cineasta Olivier Peyon.

Cuando el exitoso novelista Stéphane Belcourt (Guillaume de Tonquédec) es nombrado embajador de una famosa marca de coñac, tiene que regresa a su pueblo después de 35 años. En donde cónoce a Lucas (Victor Belmondo), un relacionista de la marca, que casualmente es el hijo de su primer amor, Thomas.

Stéphane y Thomas se conocieron cuando tenían 17 años y vivieron un idílico romance de un par de meses a escondidas de la sociedad. Con la intensidad y la pasión del primer amor. Thomas con su fachada de joven duro, heterosexual deja una marca profunda en el joven escritor. Que influenciará toda su obra que habla de la traición y el amor. 

En su edad madura y ya de regreso en su pueblo, como un hombre abiertamente gay. Stéphane se acerca a Lucas, para saber el destino de su padre. Un proceso que los llevará a ambos a entender más a Thomas y sanar sus heridas.

El filme de Peyon se presentá como un viaje nostálgico en dos planos. Por uno lado tenemos al maduro Stéphane, que se acerca a Lucas, mientras realiza las actividades del tour de prensa de la marca de coñac. Y por otro la historia del joven con Thomas y sus encuentros fugaces, antes de que su amante lo abandonara sin explicación.

La relación de amistad entre el escritor maduro y el joven sirve como viaje de reconciliación con el pasado y sanación del presente. Con momentos dolorosos, pero conmovedores. En un interesante drama, muy bien actuado, en el que destaca la versión madura del autor, interpetada por Guillaume de Tonquédec. Aunque sin dejar de lado la actuación del joven Victor Belmondo. Como un hombre al que marca el abandono y la indiferencia de su padre. Que no logró superar el que tener que esconder su identidad, por la carga de la responsabilidad y el que dirán.

La historia del primer amor resulta intimista y sexy, pero también dolorosa. Se aleja de los cliches en los que a veces pueden caer las historias del cine centradas en la comunidad LGBT+. Con sentimientos universales que aborda con maestría el realizador. Sin dejar de lado el “hubiera” que marca el presente con nostalgía y frustración. 

Este filme es parte del 27 Tour de Cine Francés. 

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