El Día Que Todo Cambió. La cinta mexicana que cuestiona sanar a través de la venganza.

Por: Odette Paz

Es curioso que cuando se trata de cine mexicano con distribución comercial siempre se tiende a poner la vara muy alta sobre los temas y guiones que se filman. El mexicano puede criticar y predisponer apellidos a los contenidos y al mismo tiempo seguir llenando la taquilla de cintas de incluso menor calidad, pero mayores presupuestos si su origen es Hollywoodense. Esta situación ha limitado la exploración de algunos géneros en nuestro cine; no debo mentir, cuando vi el tráiler de “El Día Que Todo Cambió” no me llamó la atención, me pareció más de lo mismo, un justiciero a la John Wick, con atmósfera de serie dosmilera de Televisa, la manera que se mostraba el conflicto en el corto sonaba a lo que ya hemos visto cientos de veces en el cine. Sin embargo, al darme la oportunidad de ver la cinta me di cuenta de que estaba bastante equivocada, es un thriller de acción mexicano, fundamentado en un guión inteligente que reflexiona sobre la inseguridad que vivimos en nuestro país, las salidas fáciles que ofrece el narcotráfico, y que lleva a reflexionar sobre el perdón y la capacidad humana de ser seres duales: tan buenos en algunos aspectos como ser padre de una familia unida, pero terribles en otros por conveniencia y subsistencia.

Esta película es resultado de un proceso complejo que tardó 7 años en tomar forma, esto propició que fuera filmada durante la pandemia y con las limitantes que esta conllevó. El Día Que Todo Cambió plantea una premisa ya clásica en el cine de acción: hombre común tiene una pérdida que lo lleva a buscar venganza. Es el contexto, el desarrollo de personajes y el maximizar los recursos limitados por un presupuesto de no millones de dólares, lo que vuelve a esta cinta del director Javier Colinas en una gran opción del género. No es la primera vez que colabora con el actor Luis Arrieta, sin embargo esta cinta supuso dejar la zona de confort que habían generado en sus últimas cintas de comedia entre las que sobresale la trilogía “El Cumple, La Boda y El Testamento de la Abuela”, aunque ya habían hecho cine de temas críticos como “Detras del Poder”, 2013.

El guión, escrito por el mismo Arrieta, está basado en una experiencia personal que él tuvo, con lujo de violencia lo asaltaron a él y a su pareja, este hecho le dejó secuelas traumáticas e intranquilidad, ante la sensación de impotencia y la imposibilidad de luchar contra la violencia de la ciudad, su mejor remedio fue hacer catársis por medio del arte y escribió la historia pensando en las cosas terribles que pudieron haber pasado si los delincuentes hubieran llegado a las últimas consecuencias, delincuentes que recuerda por su mirada joven y llena de terror.

Hay cosas por las que vale la pena morir.

En la cinta, seguimos la historia de Mario (protagonizado por el mismo Arrieta), un hombre cotidiano, blando y cursi, con una novia, Ana, igual de ñoña y una vida planeada, son felices y esperan a su primer bebé. Una noche de martes cualquiera, saliendo de cenar en un conocido restaurante «de chinos» de avenida Revolución (que otra de sus virtudes para los que habitamos la CDMX es encontrar lugares y calles reconocibles) son abordados por un par de criminales que les quitan lo material, pero en un arranque de abuso, agresión innecesaria y confusión, matan a Ana y a él lo dejan sumamente herido. Siete años después, seguimos a un escuálido Mario en su nueva vida, parca y rutinaria, trabaja de día en la oficina de seguridad de un banco, y por las noches sale a cazar ladrones, con la esperanza de algún día encontrarse a quienes le arrebataron su vida, en este proceso ha sembrado un bosque de cuerpos anónimos que ya no harán más daño.

El desarrollo de este personaje exigió mucho a nivel físico y mental a Luis Arrieta, primero subió de peso para interpretar a ese Mario lleno de ilusiones, para después adelgazar abrúptamente por medio de un entrenamiento extremo que dio presencia al Mario demacrado, deprimido y muerto por dentro. El final es sobresaliente, al toparnos con una vuelta de tuerca a las situaciones que enfrenta Mario al finalmente dar con el paradero de los criminales Rayo y Pedro, complementado con personajes de reparto con matices humanos que nos llevan a una gracia cándida que libera la carga de tensión que está implícita en lo que vive el protagonista. El resto del elenco está conformado por actores de la talla de Luis Alberti, Gabriela Cartol, Diego Martínez Villa y Geraldine Galván.

Producida por Los Güeros Films, casa productora fundada en 2008 por los actores Luis Ernesto Franco y Arrieta, y Corazón Films, quien también funge como distribuidora, El Día Que Todo Cambió  aún está disponible en salas de Cinemex, Cinépolis y Cinedot de varias ciudades de la república mexicana.

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