Cuando la tristeza invade, la literatura salva

A veces es necesario parar. Es como una parada en un largo viaje. Imagina que has soltado el ancla en una pequeña bahía. Descansarás un poco y tu barco zarpará de nuevo.

Mis días en la librería Morisaki, de Sateshi Yagisawa.

Por Loelia Escobar Hernández

¿Imaginas estar en un lugar donde las librerías abundan, donde caminas por largo rato y lo que ves a tu alrededor son librerías, con ejemplares de segunda mano, nuevos, ediciones especiales, en el cual seguramente están miles de joyas literarias, manuscritos, primeras ediciones, libros objeto, ejemplares difíciles de encontrar, todos entre sus montañas de libros? Bueno, pues existe. 

Se trata de Jinbocho ubicado en Tokio, Japón. Ahí pequeñas librerías tienen a la venta infinidad de libros y objetos relacionados con el bello arte de leer. Si eres amante de las letras seguro ya estarás pensando en cómo puede existir un lugar así: el paraíso para los devoradores de letras. Además, lo complementan restaurantes y cafeterías para disfrutar de una buena bebida o comida.

Y precisamente Jinbocho es el lugar donde se desarrolla la novela Mis días en la librería Morisaki, de Satoshi Yagisawa, publicado por Plata. En esta, su primera novela, el autor nos mostrará la historia de Takako, una joven que ha pasado por la desilusión más grande que nunca imaginó: el amor de su vida le ha dicho que se casará, pero no con ella, a pesar de llevar juntos varios meses en una relación, lo hará con otra compañera de trabajo con quien lleva más tiempo de novios que con ella (sí, al mismo tiempo salió con las dos), pero le dice que la relación entre ellos seguirá igual que hasta ahora.

Como es de imaginarse, la vida de Takako se derrumba, decide renunciar a su trabajo y sumergirse en su depresión, tal vez no de manera consciente, pero se aísla del mundo, se encierra sin saber qué hará con su vida o cuál será lo próximo a hacer. Solo decide no verlo ni estar cerca de él.

En ese estado, casi catatónico, recibe una llamada poco usual: su tío Satoru le ofrece que vaya a vivir a la librería que ha pertenecido a su familia por varias generaciones. Le brinda un techo y comida segura, mientras decide qué hará, al tiempo de ayudarlo un poco con la librería.

Ella accede, más por presión que por encanto. Ahora se dirigirá a un destino sin conocer nada de libros y escritores, con la tristeza a cuestas y su gran deseo de permanecer dormida durante todo el día y la noche.

Sin más, se ve en ese pueblo que visitó algunas veces en su infancia, la pequeña librería Morisaki será su hogar y refugio. Su apatía por todo será una constante aún a pesar de ser una joven de 25 años. Sin embargo, la gentileza, amabilidad y entusiasmo de su tío contribuirán para abrirse y ver poco a poco la vida de otra manera, incluso con los libros, los autores, los lectores y las aventuras que están por comenzar.

Takako, por su parte, también conoce la tristeza, él lleva algunos años solo porque su esposa, Momoko, lo dejó de pronto y a la fecha no sabe si regresará o nunca más tendrá noticias de ella. Sin hijos y solo la librería, que tiene más de 50 años, heredada de su padre, como actividad, decide seguir adelante, con alegría y la incertidumbre en el corazón. Los años pasan y él sigue, sin poner reversa. De ahí su fortaleza, su entusiasmo y la pasión heredada por su padre alrededor de los libros y la literatura japonesa.

“No existe un trabajo mejor para mí. Para quien ama los libros, este barrio es simplemente perfecto. Estoy orgulloso de tener una librería en Jinbocho. Nunca podré agradecérselo lo suficiente a mi abuelo y a mi padre.

“-Qué suerte que tienes.

“-¿Por qué? –rebatió.

“-Bueno, haces lo que te gusta y, de ese modo, ganas lo suficiente para vivir.

“-Pero no siempre fue así. Al principio estaba muy insatisfecho. De joven nunca imaginé que podría heredar el trabajo de mi padre. Incluso ahora hay veces en las que tengo dudas. ¿Pero sabes qué? No siempre es fácil entender lo que se quiere de la vida.

“-Yo… creo que estoy malgastando la mía así, sin hacer nada…

“Mi tío me miró y sonrío dulcemente.

“-No, no creo. A veces es necesario parar. Es como una parada en un largo viaje. Imagina que has soltado el ancla en una pequeña bahía. Descansarás un poco y tu barco zarpará de nuevo.”

Pronto Takaku descubrirá un libro de Muro Saisei, Hasta la muerte de una joven, y su historia, comenzará a adentrarse en esa pila de libros que acomodó para tener espacio en su nueva vivienda, los rostros de los clientes asiduos a la librería comienzan a ser familiares para ella, así como los empleados y dueños de cafeterías y empieza a formar parte de esa comunidad. Incluso, conocerá a una persona, que como ella, también sufrió de amor y desencanto, sus pláticas le darán más certezas y emociones que pensó nunca llegarían.

Descubrirá el encanto de la feria anual, donde participan las más de 170 librerías y el barrio se convierte en una gran fiesta, llena de lectores, libros. Luego ella le abrirá su alma a su tío, quien sin más decide actuar para que ella pueda terminar con el tormento provocado por Hideaki, ese patán que olvidó decirle que tenía otra novia.

Como una escena de cine el tío acude junto con Takaku a la casa de él, para que ella le pueda decir todo aquello que no pudo reclamarle y que día a día la atormentaba, lo hace con una escena por demás dramática y ante la ahora futura esposa. La liberación llega, con esto su despertar comienza, poco a poco ella ve hacia dónde quiere llegar, la experiencia, la lectura de libros y nuevas amistades provocan un cambio radical en ella. 

La vida de Takaku sigue entre lecturas de escritores japoneses como Nagai Kafu, Tanizaki Jun´ichiro, Dazain Osamu, Sato Haruo, Akutagawa Ryunosuke, Uno Koji, Mushanokoji, Mushanokoji Saneatsu y otros autores eran ya parte de su vida.

Más adelante la vida dará otro giro inesperado, Morisaki Momoko, la esposa de su tío regresará, sin explicaciones, como si no hubiera pasado nada. La vida de su tío cambiará y también la de ella, luego de un viaje donde ambas recorren montañas y templos. La incógnita será si su estancia de Momoko será para siempre o es solo una parada en su camino.

Con esta experiencia Takaku entenderá el porqué de las decisiones tomadas ante la pérdida, el abandono, el dolor que puede recorrer el alma y que si no encuentra la salida produce un descontrol que solo la reflexión y el tiempo podrá sanar el corazón. Mis días en la librería Morisaki, convirtió a Satoshi  Yagisawa en ganador del premio literario Chiyoda, lo que le permitió convertirse en un fenómeno literario, llevarla a la pantalla y traducirse a 20 idiomas.

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