Cuando uno busca información de la periodista, escritora y activista Lydia Cacho lo más común es encontrarse con referencias a su trabajo de denuncia. Sobretodo en Cancún, Quintana Roo, revelando una red de pederastia controlada por el empresario hotelero Jean Succar Kuri . Y los incidentes que llevaron a su secuestro y tortura, por parte de las autoridades de Puebla. Todo esto gracias al exgobernador Mario Marín y el empresario Kamel Nacif. Quienes en su momento fueron exhibidos por una conversación telefónica, jactándose de la impunidad e ilegalidad de su actos.
Después de una lucha de años en contra de la corrupción del país y de los políticos que amparan la impunidad, Lydia se vio en la necesidad de autoexiliarse en España para salvar su vida.
En un proceso de catarsis surge “Cartas de amor y rebeldía”. Una descripción más humana, detallada e incluso poética, no solo de su trabajo de denuncia (de más de 25 años) y activismo. Sino también la radiografía del alma de una mujer que fue educada con el feminismo de su madre (en un tiempo al que al feminismo se le veía más como una enfermedad que como una causa) y la rabia en contra de la injusticia.
A través de cartas de la autora, su familia, sus amigos y sus exparejas conocemos la apasionada y a veces tortuosa vida de una mujer, que no solo ha tratado de vivir la vida al máximo. Sino también de dar esperanza a aquellos que han sufrido del desamparo de la justicia. En un país donde la violencia ha aumentado exponencialmente en los últimos 20 años.
Un trabajo epistolar que resulta biográfico, reflexivo y conmovedor. Que muestra su pasión como escritora y como mujer. Con sus inquietudes y sus relaciones personales.
En el libro podemos ver un antes y después en la vida de la autora tras la publicación de su libro “Los Demonios del Edén”:
Un antes que se enfoca más en su vida personal, desde su paso por el cine, su relación con su madre, sus amores y su descubrimiento de su refugio y hogar en Quintana Roo.
Y un después en defensa de su vida, con la traición por parte de las víctimas a cambio de dinero, la extenuante lucha en contra del sistema que ampara a los culpables. Además de la carga de la enfermedad mientras sigue adelante con su trabajo periodístico.
Destacan los momentos reflexivos sobre las relaciones humanas, que a veces inevitablemente se desgastan con el tiempo, el cambio de rumbo de los intereses y la naturalidad de la narración. Además de la transparencia de su sentir y muchos acontecimientos que no eran de dominio público.
“Cartas de amor y rebeldía” invita a la relectura total o en partes. A veces tal vez no estemos de acuerdo en algunos de sus puntos de vista, pero vale la pena conocerlos. Y sin duda hay cartas que pueden leerse una y otra vez con nostalgia, para reflexionar sobre el amor y la rebeldía.