La chica más afortunada del mundo, o como hablar de temas incomodos

Hay temas que son incomodos y difíciles, sin embargo en algunos casos parte de la labor del arte es incomodarnos. Tocar fibras sensibles, para no ignorar la realidad de nuestro entorno.

“La chica más afortunada del mundo” (Luckiest Girl Alive), filme basado en el libro homónimo de Jessica Knoll, es un drama de misterio que tiene como protagonista a “Ani”. Una redactora de una revista estilo Cosmopolitan, que a los ojos del mundo tiene todo: un buen trabajo, una posible oportunidad laboral en el New York Times y un prometido guapo y rico que la adora. 

A unos días de su boda, un documentalista la contacta para que de su lado de la historia, sobre una tragedia que ocurrió en su bachillerato. Una historia que a través de los años no la ha dejado bien parada y que podría poner en peligro su futuro.

El filme es más un angustioso drama que un thriller. Desde muy temprano en la historia sabemos que las penurias de la protagonista son conocidas por su circulo más cercano y que han marcado su personalidad, sarcástica y calculadora, que a primera vista no la vuelven un personaje empático. Pero a través de los saltos de tiempo y su historia de adolescente, descubrimos a una chica que sufre no solo abuso sexual como muchas mujeres, sino también la subsecuente falta de credibilidad ante su historia.

El director Mike Barker, con un guion de la misma autora del libro, combina dos temas difíciles e incomodos. Los tiroteos en las escuelas en los Estados Unidos y la violación grupal.

Mientras Mila Kunis con dignidad, asume el papel de una mujer adulta, marcada por su pasado, es la joven actriz Chiara Aurelia, quien tiene que afrontar con gran aplomo los suceso traumáticos de la vida de Ani.

El acierto de la controversial  “La chica más afortunada del mundo” es la discusión sobre la retórica con la que tratamos ciertos temas. Como suavizamos a través de la palabras aquello de lo que no queremos hablar, en el caso de la violación por ejemplo le decimos “abuso sexual” o la distinción entre víctima y sobreviviente.

Jennifer Beals por su parte en un pequeño papel como la jefa de Ani nos da una  pequeña lección sobre como se tiene que abordar el periodismo temas controversiales.

“Una aproximación a la verdad no da el ancho en un periódico…  Escríbelo como si nadie lo fuera a leer. Ni Luke (el prometido), ni tus futuros suegros, y muchos menos tus padres. Así es como se escribe algo que valga la pena. Nadie te está obligando a escribirlo”.

La chica más afortunada sale a flote y como drama que busca la conversación. Probablemente no se para todo mundo, pero se abre a temas espinosos y como tratamos los mismos.

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