Garfield: Fuera de casa, el Garfield que no es Garfield

El personaje de la tira cómica de Jim Davis es uno de los más icónicos de la cultura popular del siglo XX. Un gato naranja, sarcástico, perezoso, que odia los lunes y ama la lasaña.

Garfield gozó de una gran popularidad a finales de los años 80, por su adaptación a una serie animada, Garfield y sus amigos. Y posteriormente fue llevada a la pantalla grande en un par de películas live action, con la voz de Bill Murray a principios de los dos miles.

Estos productos, a pesar de su disparidad en la aceptación del público, tenían algo en común, conservaban la esencia del personaje y de su entorno. Con un Jon, como un hombre bonachón, pero ingenuo que ama a sus mascotas. Y Odie, un beagle no muy brillante, pero noble, que a veces sirve de conciencia del gato.

El problema con el Garfield actual tiene mucho que ver con la esencia del personaje. Y poco que ver con el trabajo de animación de Sony y la dirección de Mark Dindal, que pueden considerarse aceptables.

La realidad es que la popularidad de Garfield no es lo que solía ser y Sony busca atraer a un público infantil, haciendo un cambio drástico al carácter de Garfield y Odie.

En Garfield: Fuera de casa, al inicio del filme vemos el primer encuentro entre Jon y Garfield. Seguido de un poco de su vida y su dinámica en sus primeros años. Esta es la parte que más respeta a lo que conocemos del personaje.

Sin embargo, cuando Garfield y Odie son secuestrados, se embarcan en una aventura. En ella conocemos Vic, el padre de Garfield. Un gato vagabundo, sin vergüenza que regresa, después de abandonarlo.

La aventura de Garfield consiste en robar leche de una fábrica, para apaciguar a Jinx. Una gata medio psicótica que fue abandonada en un robo por Vic, lo que la llevo a la cárcel durante años.

En esta aventura Garfield deja a un lado su lado sarcástico y perezoso. La realidad es que gran parte del encanto del gato naranja es resolver el conflicto con su ingenio y el mínimo esfuerzo. Mientras que Odie, lejos de ser el bobalicón, muestra un ingenio que no le conocíamos al estilo de Snoopy, pero sirviendo a los caprichos de Garfield.

La historia es genérica y bien podríamos cambiar a los personajes por otros y no alteraría en nada el resultado. Se introducen personajes como un toro y una vaca, solamente para incorporar elementos coloridos. Además, la villana, Jinx, salvo por el trabajo vocal de Hannah Waddingham no destaca en ningún momento.

Sin embargo, lo más preocupante es la figura paterna. El filme no se atreve a llevar más allá a Vic, justificando su comportamiento como padre ausente, en busca de una historia familiar.

El trabajo vocal, por lo menos en la versión en inglés, no tiene problemas, Chris Pratt, Samuel L. Jackson, Ving Rhames y Nicholas Hoult hacen un buen trabajo. Destacan para los fans de Ted Lasso la participación de Hannah Waddingham y Bret Goldstein. Aunque la historia es entretenida y utiliza el humor de pastelazo, probablemente la disfruten más aquellos que no estén familiarizado con Garfield

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