La luz que no puede ver

Por Óscar Fernández

“Lo que limita a las personas es la falta de carácter”

John C. Maxwell

Que paradójico, ha conseguido tanta visibilidad y es ciego, el comediante tapatío nacido bajo el nombre de Alexis Arroyo no solo ha demostrado que no tiene complejos, sino que puede reírse de sí mismo. A raíz de una discapacidad ha logrado ser uno de los personajes más famosos de la comedia actual en México, como le llaman hoy en día los jóvenes; standuperos.

Con una serie en Netflix y una gira por todo el país deja en claro que la inclusión viene desde adentro, no necesitamos la aprobación de otros para atrevernos, para ser aceptados y menos aún para sentirnos libres, sin etiquetas.

Hace chistes de inválidos, pues en su caso dice que si los hace él son válidos, se hace llamar Ojitos de Huevo, la luz que no puede ver, muy cercano a la gente, y a pesar de todo no ha perdido la inocencia del mundo que viven las personas que no pueden percibir todo igual que la mayoría. Tiene un carisma y una gracia innata, es amable, muestra interés por las voces que escucha a su alrededor y dialoga con ellas sin temer quien pueda estar enfrente.

Lo fui a ver, él sintió mi mano, se echó a reír y me dijo – Te apantallé con la mirada –

Poco después empezó su show cargado de comedia, desinhibido, seguramente era la primera vez que estaba en Tuxtla Gutiérrez en un auditorio lleno que le esperaba para corear sus bromas con carcajadas.

Tiene una gracia peculiar, rompe los moldes de la generación de cristal, y allí está su éxito, estoico se reconoce con sus limitaciones, y las ha puesto a su favor y disposición. Su padre era sobreprotector, su madre lo impulsaba a salir de casa, a hacer una vida normal. Y así lo hizo, se fue de su natal ciudad para probar suerte en la capital, acompañado de su gran amigo Kike Vázquez, un muchacho paralítico que le guiaba en la gran ciudad.

La dupla nos dejó con los ojos cuadrados, o como diría Alexis – Con los ojos en blanco – Pues se necesita más que valor para tomar un rumbo determinado y mostrarle a la gente con capacidades diferentes que siempre hay una luz al final del túnel, aunque como es de esperarse él dice que aún no la ha visto.

La vida es corta y después de arriesgarse a perseguir sus sueños queda demostrado que no hay límites para llegar, andar a ciegas y perdido, al comediante le ha supuesto el reconocimiento de su público que ha encontrado en sus presentaciones la diversión garantizada.

Alexis Arroyo es un joven con aspiraciones, siempre tiene una sonrisa y una disposición infinita para reírse y divertirse, confía ciegamente en sí mismo, debería ser el estandarte de los que temen y se ponen límites en la cabeza. Prohibiendo el autosabotaje, en realidad sus chistes lejos de lo básico están hechos para gente que puede captar más allá, pues dentro de la ceguera también se puede mencionar la oscuridad y otras circunstancias que un individuo que supuestamente está completo se infringe, más que un chiste es una graciosa filosofía de vida.

Le pedí muy amablemente a su mánager que le leyera este texto, el gran Alexis me recuerda a “Marianela”, aquella novela del increíble escritor español Benito Pérez Galdós, que trata de una mujer que es lazarillo de un ciego, con el que tenía largas charlas, pero cuando aquel invidente recupera la vista quedó comprobado que había perdido la imaginación, pues a veces con los colores de la oscuridad se ve mejor, deja patente que se desarrollan otros sentimientos.

Muy recomendable ver el show de Ojitos de Huevo, nos hará pensar en otras cosas, entre una carcajada y otra tendremos una lección de vida.

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