David Bowie, New York Street

Starman

“Mira aquí arriba, estoy en el cielo, tengo algunas cicatrices que no se pueden ver, tampoco el drama puede ser robado, pero ahora sé que todos me conocen.” 

Con el tema de Lazarus; una analogía de quién resucitó de entre los muertos, no solo aprovechó para darle el último mensaje a sus fans en su fase terminal, sino también creó un tétrico videoclip que conmovió al mundo, haciendo ver lo absurdo de la espera en esta vida finita moviendo sus dedos y manos mientras llegaba la muerte, no se veía preocupado, aunque el maquillaje no le tapaba las ojeras, tal vez deseaba regresar a su planeta, esperando la última hora, consciente de que en su retiro se iría con su último aliento.

No había tiempo para descansar, con mucho valor decidió hacer canción y arte, aprovechó cada segundo en este plano para decir adiós de una manera única, el David Bowie que cantaba desde una cama con los ojos cubiertos por una venda, nos insinuaba que dentro de pocas horas descubriría uno de los misterios más grandes que todos ignoramos.

Después de influenciar cinco décadas la música popular. Fue un rey que rechazó el título de Sir que le ofertó la reina de Inglaterra, fue peculiar, extraño y camaleónico, simplemente Bowie.

Sin miedo al cambio, con estilos variados en su persona, lejos de una inconstancia, marcaba su facilidad para camuflarse en cualquier papel. En plena era del Galm Rock triunfó con su alter ego Ziggy Stardust, por su exitoso sencillo Starman, que a pesar de su corta vida fue uno de los personajes más influyentes de la época.

Siempre se reinventó con mas personajes, escribió Fame con John Lennon, Under Preasure con Queen; tema que llegó a ser un himno, cambió la música como la conocemos hoy en día, de voz peculiar y estilo con estilo, tomó su nombre “Bowie” en honor a Jim Bowie, creador del cuchillo del mismo nombre.

“Aladin Sane” uno de los álbumes favoritos de los fans tenía un mensaje oculto en el título, y fue inspirado en su hermano esquizofrénico, pues al leerlo varias veces podía cobrar sentido, A lad Insane; un chico loco.

Sus ojos, uno azul y otro oscuro, a raíz de una pelea en el colegio, y eso le hizo ser más único, ¿a quién no le gustaría tener los ojos de dos colores diferentes? Bowie está lleno de símbolos, mensajes ocultos, personajes fascinantes, música, letras con gran aportación a la cultura, hizo cine, fue actor, artista plástico y diseñador.

En las artes plásticas destacó por el neo expresionismo, influenciado por Francis Bacon y David Bomberg. En sus Dhead Series se puede visualizar la figura humana y sus emociones: muerte, erotismo, angustia, soledad.

Su obra gráfica tiene muchos autorretratos como el Duque Blanco. Se plasma en diferentes etapas de su vida con misterio y personajes que cobraron vida dentro de su mente. En su serie South Africa narra la historia de las tribus más antiguas, quienes curiosamente eran blancos en aquel continente. 

Era londinense, pero pasó sus últimos años con Iman, su mujer, viviendo en Nueva york, en la calle Lafayette. Los vecinos le miraban ir siempre a la misma cafetería, tomar su desayuno y comprar flores para su esposa en el mismo kiosco, actividad que repetía todos los días. 

Pero miren aquí arriba, aun no me he ido, como Lázaro, quien resucitó de entre los muertos, con tantas cicatrices que no pueden ser vistas.

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