Fernando Del Paso: Con la Mano Izquierda Pintor, con la Derecha Literato.

Obsesionado con las palabras se volvió un coleccionista de historias de narrativa virtuosa. Zurdo para dibujar y diestro para escribir, esas son las dos pasiones que marcaron su vida, Fernando del Paso es el escritor que pinta.

Fernando siempre pensó que iba a ser pintor y no literato, después asumió que las letras eran como pequeños dibujitos capaces de comunicar ideas muy profundas, así con un poema que le hizo a su madre fue que encontró la vocación, pues en un principio por más que se aferró al óleo, este no le devolvía la misma capacidad para expresarse.

Su primera novela la escribió con tinta café, tal vez los colores estaban entre las letras, era lo cromático en su literatura; después leyó a Miguel Hernández con “El Rayo que no Cesa” allí se enamoró de la literatura y detonó su vocación. El poeta español le cambió la vida, pues en una lucha que vivía España se inspiró otra lucha que se vivía en México.

Publicó unos sonetos con Juan José Arreola en la colección del unicornio. Con ambición lingüística se interesó en la novela y en la historia del País, así nació “José Trigo” 1958 que sumerge al lector en la lucha ferrocarrilera en la segunda mitad del siglo XX. Juan Trigo no era ni conciso ni ordenado. Le inspiró una imagen de Tlatelolco, empezó con un cuento corto, una novela y una pesadilla, donde asume que el lenguaje era el protagonista principal.

Vivió en Europa más de 20 años y asegura que en el extranjero aprendió mucho más de su País. “Palinuro” fue la novela más influyente de su carrera, a la que denomina una autobiografía inventada. Palinuro, nombre extraído del libro la Eneida de Virgilio, es el joven soñador que reflexiona sobre la condición humana.

“Noticias del Imperio”, es un libro sobre Maximiliano y Carlota, lo empezó a escribir dos años antes de plasmar la primera línea. Recreó la voz de Juárez y de Carlota, asumiendo que Carlota tenía muchas voces como la de la dulzura, la del amor, la del odio, la de la codicia, incluso la voz del mismo autor, mientras que Juárez tenía una sola voz: la propia.

Maximiliano y Carlota hicieron más por México que por sus propios países, la novela lo dejó saturado de información y dice que los literatos pueden abandonar el tema y no volver a leer nada jamás después de haber saciado su parte de la historia; por el contrario, un historiador es alguien que jamás termina de abundar en el tema. Después de “Noticias del Imperio”, Fernando Del Paso reconoce que nunca más quiso volver a leer de aquellos personajes que protagonizan su novela.

“Linda 67”, historia de un crimen, ahí desentraña la historia nacional, retrata a los Cristeros, las injusticias, dedica un capítulo a Pancho Villa. Libros que ha escrito para muchas generaciones, sólo él reconoce la línea entre la ficción y la realidad.

Le da una libertad enorme no ser un pintor cotizado, dijo Fernando, pues así no está sujeto a lo que le diga cualquier galería. Aún así, presentó 2000 caras de cara al 2000 y las mujeres sin cara de Ciudad Juárez en el palacio de Bellas Artes. Se siente como pez en su tinta con la tinta china. En el libro “Castillos en el Aire” aprovecha para incluir alguno de sus grabados y después de tantos premios el escritor cree que los premios no le dan prestigio al escritor, sino que los escritores le dan prestigio a los premios.

Los trazos y los colores siempre le han estado esperando, de pronto se dedicó a ese segundo oficio que es una primera pasión, a la que él llama la sacrificada; la pintura, el arte gráfica, cuando le urge acabar un libro abandona la pintura, pero no sucede lo contrario, ni dibuja sus libros, ni escribe sus dibujos, pueden acercarse y acompañarse, pero la literatura se da en el tiempo y los dibujos en el espacio. El literato asume que la literatura le requiere y le demanda una gran concentración, mientras que la pintura le da rienda suelta a su creatividad.

Fernando del Paso siempre entre las letras y los trazos, el escritor que dibuja de la A la Z por un poeta.
Con los colores de España en el pecho es un amante de la lengua castellana, dice que tose, estornuda y sueña en castellano, lengua en la que dejó su legado, se refiere a ella en un testimonio de amor, vive en la conciencia de que su lengua es una herramienta de trabajo.

Aquí el escritor y el pintor, el trazo y la literatura.

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