La cinta aborda el polémico “Reto de la Ballena Azul” que conmocionó al mundo
2024 inició con una gran oferta de películas de estreno en las salas del país, de cara a la temporada de premios y con el rezago de los festivales internacionales y las huelgas de la industria; en medio de esta oferta vale la pena revisar “Juego de la Muerte», una propuesta audaz, sobre todo al considerar que se trata de una cinta de suspenso de origen ruso que aunque fue estrenada en 2021, la situación actual ha permitido su distribución mundial 3 años después. Es el primer largometraje de la directora Anna Zaytseva, quien también escribió el guión con Evgeniya Bogomyakova y Olga Klemesheva.
Llamada originalmente “YA idu igrat”, frase que se puede traducir como Voy a jugar en ruso, y distribuida a nivel internacional con el título “#Blue_Whale”, creo que la decisión de nombrarla «Juego de la Muerte» en latinoamérica resulta algo desafortunada, pues la cinta se pierde en el mar de información digital al ser homónima de un exitoso k-drama, una película de Bruce Lee, un documental y hasta un capítulo de los Simpson. Además de que siembra la idea y la expectativa de que es una cinta de terror, cuando se trata más bien de una historia de suspenso y drama.
Dejando de lado el dilema del título, la premisa de la película es sin duda interesante: grabada en screen life (género cinematográfico que emula la grabación de la pantalla de computadora y dispositivos móviles), nos lleva a ser testigos de un thriller inspirado en el reto de la “Ballena Azul», un caso real que conmocionó al mundo cuando según el reporte de Novaya Gazeta, un periódico de investigación ruso, 130 chicos podrían haberse suicidado entre noviembre de 2015 y abril de 2016 tras formar parte de un reto virtual que consistía en realizar 50 tareas (actos impensables, desde autoflagelación, hasta humillaciones públicas o agresiones a la gente de su entorno) en 50 días, siendo la última el suicidio, esta información popularizó la historia a nivel mundial. Aquí, la protagonista es Dana(Anna Potebnya), una chica que se introduce al reto buscando aclarar la muerte de su hermana (Polina Vataga). Si bien hay cabos sueltos y bastantes absurdos en la trama, el guión nos lleva a cuestionarnos la comunicación entre padres e hijos, la veracidad de los hechos en la era de la inmediatez, así como algunos retos que vive la juventud actualmente a nivel global: afrontar el duelo, la autoimagen, la soledad, la confianza, la amistad, la identidad y su credibilidad ante los adultos.
Ver «Juego de la Muerte» en la pantalla grande es interesante, pues la rapidez en que todo pasa a partir de los recursos cinematográficos del screen life nos vuelve téstigos y cómplices, genera tensión y ganas de saber más de la mano de la protagonista vivimos el morbo que despierta leer conversaciones ajenas y los supuestos videos que quedaron como evidencia del caso. Se agradece el esfuerzo de las distribuidoras (en este caso Corazón Films) por traer películas de países distantes a las salas de nuestro país, al menos yo siempre voy a preferir la experiencia del cine en el cine y no en pantallas chicas. Aún puedes ver «El Juego de la Muerte» en las principales comerciales de nuestro país.
