La fotografía como medio salvador y como único testigo del campo de concentración en medio del holocausto, ese es el tema que aborda la película española El fotógrafo de Mauthausen, que además está basada en hechos reales.
Este filme español del año 2018 dirigida por Mar Targarona ofrece a el actor protagónico Mario Casas, mostrar realmente su talento histriónico lejos del love story que lo catapultó a la fama en Latinoamérica con el filme “Tres Metros sobre el cielo”.
Francesc Boix es el nombre del español que inspiró esta película de 1 hora y 50 minutos, el joven español fue parte de más de los 7.200 presos españoles que fueron enviados a campos de concentración alemanes durante el régimen nazi, la mayoría de ellos enviados a Mauthausen, que se ubicada en los campos de Viena, al norte de Austria.
En la Película
Mario Casas da vida a Francesc Boix, un preso de los nazis que está encargado de trabajar como fotógrafo de los presos en el campo de concentración de Mauthausen, donde hay un importante número de presos españoles.
Su jefe inmediato es Paul Ricken, miembro de la SS y con quien parece tener una relación laboral de confianza, Boix goza de ciertos privilegios con los jerarcas nazis y los aprovecha para ayudar a los presos que puede.
En el filme se entrelazan diversos sucesos que plasman la vida de los presos en este campo, y la decisión que llevó a Boix a ocultar negativos luego de que los alemanes recibieron instrucciones desde Berlín, de quemar todo lo que pudiese atestiguar lo que se realizaba en los campos, sobre todo aquellos actos inhumanos y de muerte.
Francesc sabe que es importante rescatar la mayor cantidad de material fotográfico posible y por ello echa mano de sus amistades y conocidos en el campo de concentración para así poder ocultar los negativos.
Cuando los alemanes huyen, los presos toman el campo y Boix recupera poco a poco los negativos, usa una de las cámaras que quedan y vuelve a retratar los acontecimientos de la liberación.
En la Vida Real
Francesc Boix nació en Barcelona en el año de 1920, su familia de origen catalán le permitió lograr estudios hasta el bachillerato y practicar la fotografía desde muy joven, en el año 1936, cuando estalla la Guerra Civil Española, Boix se integra a las Juventudes Socialistas Unificadas de Cataluña, pero jamás abandona su afición a la fotografía.
De acuerdo con el historiador y biógrafo del fotógrafo de Mauthausen, Benito Bermejo que publicó en 2015 El fotógrafo del horror, Francisco llevó consigo una Leica, lo mejor de cámaras fotográficas de esos tiempos, que le ayudó a hacer de fotorreportero en el frente de batalla, hasta el año 1939 cuando huye a Francia escapando del ejército franquista español.
Huyendo de una guerra, llegó a otra, la que Alemania tenía contra toda Europa y en poco tiempo, Boix como exiliado, fue llamado a las filas del ejército francés para combatir al ejército nazi, fue en 1940 cuando las fuerzas germanas aprenden a Francesc junto a otros prisioneros que son enviados por tren a diversos campos de concentración, así es como Boix llega hasta Mauthausen.
Ahí encontró una forma de sobrevivencia, la fotografía, y rápidamente fue enviado a la oficina del Erkennungsdienst, algo así como el servicio de detención, en donde un grupo selecto de prisioneros de varias nacionalidades se encargaban de fotografías de identidad de todos los prisioneros que llegaban a Mauthausen.
Su aptitud es sobresaliente y rápidamente, además del registro fotográfico de los prisioneros, toma fotos de atestiguan el manejo inhumano en el campo y algunos rostros de importantes jefes del ejército alemán y decide comenzar a guardar los negativos del horror.
Tras la liberación del campo por los norteamericanos en mayo de 1945, Boix fue el testigo de Los Aliados en los juicios de Núremberg y Dachau donde presentó algunas de las fotografías que logro salvar y esconder, como prueba irrefutable de los crímenes realizados en donde vivió por casi 5 años.