Por Óscar Fernández
“Abre un puerco y verás tu cuerpo”
El cerdo es el animal que nos acompañó desde que el hombre cambió su forma de vida a sedentario, pues del puerco hasta el rabo es bueno. No hay animal que se aproveche mejor para criarlo y comerlo, en Galicia los cerdos vivían debajo de las casas y con el calor que desprendían servía como calefacción a los que habitaban la morada, pero… ¿De dónde viene la porcofobia?, el odio o alusiones ofensivas a este animal que hay que desmitificar.

La porcofobia es el odio o aberración a los cerdos, pero es aún peor la etimología del amor a los puercos, pues la enfermedad sífilis, se acuñó del griego en el siglo XIX, siph – cerdo, philus – amor, para nombrar a una enfermedad venérea que fue mortal hasta que se encontró la cura en 1943. Muy estigmatizada por la iglesia como hoy lo es el SIDA, se presume que el Papa Julio II la contrajo por sus arrebatos carnales con hombres, mejor conocido en la historia como el Papa gay que murió de sífilis en 1513, llevó una vida escandalosa y en un evento los feligreses no pudieron besar les pies debido a las notorias postulas que tenía propagadas por todo su cuerpo.
¿Pero será que los puercos son tan cerdos como los pintan?
Si dices “sudo como un puerco” es un disparate, pues los cerdos no sudan porque carecen de glándulas sudoríparas, regulan su temperatura batiéndose en el lodo, así se refrescan, además con el lodo evitan las quemaduras de sol y alejan a las moscas.
Este animal tiene un lenguaje que consta de la distinción de veinte vocalizaciones donde expresan una comunicación básica según la entonación que emitan; entre los ejemplos están: “tengo Hambre”, “hola”, “que alegría verte” “tengo miedo” “¡estamos en peligro!” “déjame en paz”. Son muy ruidosos, el chillido de miedo es tan potente que se ha medido en 115 decibeles, y es un sonido más fuerte que el de un avión supersónico.
Contrario a su fama son muy limpios, cuidan los espacios donde comen y duermen, son uno de los animales más inteligentes, los recientes estudios los sitúan por encima de los perros y los chimpancés, tienen una extraordinaria memoria, por eso es más fácil entrenarlos, son capaces de obedecer, recordar sus nombres y a personas solo por el olfato, lo tienen sumamente desarrollado, pueden captar olores a profundidad de un metro, gracias a su super olfativo pueden reconocer el entorno, buscar alimento, pareja y reconocer a otros cerdos, en algunos países los emplean para detectar explosivos, drogas y trufas.
Los cerdos mangalica son la mascota perfecta, procedentes de Hungría, tienen un pelaje parecido al de las ovejas, son juguetones y divertidos. Los cerdos son omnívoros, comen de todo, aman la comida, así como el hombre ama comerlos. El puerco disfruta mas las frutas, semillas y hiervas, aunque son tan adaptables que pueden cambiar su dieta dependiendo de lo que haya disponible en su entorno, mastican de manera muy lenta, disfrutan de cada bocado.

Los musulmanes por su religión y costumbres odian este platillo que nos deleita en occidente y oriente en todas sus formas, pues El Corán dice que el animal es impuro, considerado como sucio por cubrirse con lodo y excremento, los musulmanes enuncian que el cerdo no es una comida sana y puede causar enfermedades.
Desde la antigüedad el puerco ha estado con el hombre, en los primeros asentamientos, antes de ser domésticos eran jabalíes, se alimentaban con desperdicios y buscaban protección, pero a mal puerto llegaron con los hombres que solo pensaron en comérselos. Se crearon corrales para criarlos, pues del animal se podía aprovechar la carne, la sangre, la piel, el pelo y hasta los huesos, pues con la sangre hay representaciones del jabalí en pinturas rupestres en la cueva de Altamira.
En Egipto el cerdo tenía patas más finas, de cara alargada, con pelos duros y de punta, se concluyó que este animal era la especie intermedia entre el jabalí y el cerdo actual. Utilizado en banquetes funerarios, se han encontrado en el estómago de las momias marcas de cisticercosis.

En Grecia, los relatos de Homero en su obra literaria la Ilíada retrata grandes festejos con carne de cerdo pinchada en hierros largos puestos a la lumbre, los griegos tenían el convencimiento de quienes se encargaban del cuidado de los cerdos poseían poderes mágicos. Y qué decir de Circe, la hechicera que habitaba en la isla de Eea, Odiseo desembarcó con la mitad de su tripulación, los marinos fueron invitados al banquete donde se atiborraron y Circe con sus pociones y un hechizo los convirtió en cerdos.
Los puercos están en nuestra literatura, nuestra historia, nuestro estilo de vida, que decir de nuestra mesa, y como dice el dicho “eres lo que comes”.
Hay tanto que decir de este animal de donde se extrae el jamón serrano, los tacos de suadero, la cochinita pibil, así como otras cien maneras de prepararlo. Por fortuna pueden tener muchas crías, su gestación dura 3 meses, 3 semanas y 3 días, generalmente tienen entre 10 y 14 lechones, las mamás cerditas al momento de amamantar a sus crías les cantan, dicho canto es una muestra de afecto a sus hijos.
Son tan tiernos como deliciosos, de fama confusa, puerco, cerdo, marrano, cochino, es un halago ser falsamente insultado.