En los poblados de México estos canastos de pan recorren casa por casa, otros más, directo a tienditas, los habitantes salen a veces desde muy temprano para alcanzar las piezas de pan dulce suficientes para deleitar los paladares de las familias.
La temporada de pan de muerto desde mediados del mes de octubre, los amasijos comienzan a oler a los ingredientes de la época: canela y esa masa característica de la época, los canastos albergan figuras como muñecos, hojaldras y conejos, todos decorados con azúcar rosa.
Los Evaristo, familia de Guerrero son herederos de la tradición del pan artesanal, replican la receta que heredaron desde hace 4 generaciones, en los amasijos, las padres, hijos, hijas y nietos se involucran en todo el proceso de elaboración.
El horno de leña se enciende, comienza la fiesta, en la cavidad del horno tradicional desfilan las charolas con las piezas ya formadas.
Doña Gloria, la matriarca de la casa empieza a acercar los ingredientes para adornar, alista los canastos, azucara los panes5