La literatura de onda; José Agustín

La mejor literatura no siempre tiene que llevar un lenguaje rebuscado, lleno de adornos con palabras que en ocasiones nos sacan de la historia; para José Agustín el lenguaje coloquial es un disfrute, una manera cercana de narrar para todos, derribando las barreras y creando una atmosfera donde sumerge a cualquier tipo de lector.

Escribir con lenguaje de a centavo tiene su arte, principalmente ser valiente, sin temor a las críticas de los intelectualoides; cargado con mucho humor para el lector de a pie. Para descifrar a José Agustín nos tenemos que ir a su novela “En la panza del Tepozteco” en donde el escritor asegura que lo más valioso de su pueblo es su identidad. Lleva a un grupo de jóvenes a las entrañas del volcán, las cuales a su vez son una visión interna del mexicano y de sus raíces indígenas, de tratar con su yo interno hablando con los dioses y las deidades prehispánicas. El toque del autor nos pone a pensar en este viaje y nos lleva a ver a esas deidades representadas como personas con defectos y virtudes, en las que nos hace ver al mexicano profundo, con su sal y pimienta. La novela está llena de acción con mensaje indigenista, invita al lector a interesarse por sus raíces y la cultura de sus antepasados.

El desafío es unir al mexicano del pasado con el del presente y hacerlo atemporal, hablar con los dioses, pero de otra manera. Entre las deidades toma forma Tezcatlipoca, quien es representado por un anciano ebrio y burlón, también Coatlicue, quien pide el sacrificio de uno de los jóvenes para que no revele el secreto del Tepozteco. Nos hace ver las bondades y contrapartes de lo que somos y lo que fuimos, acercándonos a ese sensacional pasado, poniéndonos a conversar con aquellos que adoraban los pueblos prehispánicos.

El escritor no solo está interesado en la historia, sino también en la política, pues con su Tragicomedia nos narra en tono burlón los tropiezos de los dirigentes en México y como han impactado en este pueblo que se ha sobrepuesto de todo. Además amante de la música y fan de los Rolling Stones, conductor de letras vivas y compositor de música rock.

La novela más entrañable de José Agustín y con la que se vuelve el principal precursor de la literatura de onda, fue “La Tumba” prosa moderna, con relatos casuales, que un principio se tomaba como despectiva. En la novela de “La Tumba”, Gabriel, el protagonista, sus engaños, y sus múltiples encuentros sexuales que lo marcan de por vida son la trama principal, incluso el tener relaciones sexuales con la hermana menor de su padre; su tía, en una fiesta y después de un baile provocador.

La novela en torno a este joven de 16 que cumplirá 17 torna un giro drástico cuando Gabriel, después de haber experimentarlo todo y pertenecer a un club distinguido de literatura decide acabar con su vida.
Pero más allá de todo está “Ciudades desiertas” su favorita y la mía también. Parece que el escritor lo vivió con su personaje Eligio, quien persigue a su mujer, Susana. Esa búsqueda incansable tratando de poseer a su esposa, quien es seducida por alguien más y su intelecto. Pues a Susana en un momento crítico de la novela su marido le deja de parecer atractivo o tal vez un affaire la lleva a un encuentro sexual de otras dimensiones. Pero Eligio, su marido, la sigue, la busca y lucha por no perderla, le perdona todo y con unas nalgadas por mal portada la obliga a confesar que es de él, que aunque haya pasado cualquier cosa ella le pertenece.

La literatura de onda puede incursionar en la vida cotidiana, o más bien retratarla, tanto en el amor, como en la política, como en las raíces ancestrales, incluso en los sueños y los anhelos de sus distintos personajes.
Por eso José Agustín es la onda en su máxima expresión.

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