Cuando el titán Prometeo le dio el fuego a la raza humana desato la furia de Zeus. Quien en castigó lo encadeno en la región del Cáucaso, donde debería ser torturado por un águila por la eternidad.
El cineasta Christopher Nolan hace alegoría del mito de Prometeo para contar la vida y obra del físico J. Robert Oppenheimer, conocido como “el padre de la bomba atómica”. Quien después de gozar de la fama y la gloria por dirigir el proyecto Manhattan fue perseguido por el Macartismo. La cacería de brujas que persiguió intelectuales, científicos y artistas por supuestos lazos comunistas.
Después de la fricciones entre el cineasta y Warner Bros. los estudios se pelearon por realizar el siguiente proyector del director. Lo que resultó en este proyecto de Nolan de la mano de Universal. Uno de los más ambiciosos y probablemente mejor logrados en la ya destacada carrera del realizador.
Como aficionados del séptimo arte a veces tendemos a usar con ligereza el término “obra de arte” u “obra maestra”. Pero Oppeheimer no solo se sitúa como la mejor película del año (hasta el momento), sino como una obra que trascenderá el tiempo a la altura de películas biográficas como Mozart (Milos Forman, 1984) y Gandhi (Richard Attenborough, 1982).
Oppenheimer es un filme que no solo destaca por su logros técnicos en fotografía que combina el color y el blanco y negro; un montaje con edición rápida dinámica, que cubre gran parte de la vida personal y profesional del protagonista. También cuenta una destacada historia que muestra la falibilidad de Robert Oppenheimer, con dilemas morales, destacadas actuaciones (de un elenco bastante amplio), además de contexto político y de teoría física.
La película cubre con una variedad de saltos temporales la temprana carrera de Oppenheimer, el proyecto Manhattan, la persecución que sufrió en los 50 y el proceso de ratificación del político Lewis Strauss, ante un puesto gubernamental.
Nolan se basa en el libro American Prometheus: The Triumph and Tragedy of J. Robert Oppenheimer de Kai Bird y Martin J. Sherwin, para plantear los dilemas morales de la creación de la primera arma de destrucción masiva. Que discutiblemente posteriormente fue un detonante para el comienzo de la guerra fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.
Mostrando la interacción entre Oppenheimer y los mentes científicas más importantes de la época incluyendo a Albert Einstein, Niels Bohr, Isidor Rabi, Edward Teller y Ernest Lawrence, entre otros. Y su relación con el empresario Lewis Strauss, amorosa con Jean Tatlock y conyugal con Katherine “Kitty” Puening Harrison Oppenheimer.
Entre la pletórica de actuaciones destacan Cillian Murphy como Robert Oppenheimer, Matt Damon como el Teniente Leslie Groves, Jason Clarke como el abogado Robert Robb, Florence Pugh como la errática Jean Tatlock. Y sobretodo el desempeño de Robert Downey Jr. como Lewis Strauss y Emily Blunt como Kitty Oppenheimer. Estos últimos probablemente llamaran la atención en la próxima temporada de premios.
El filme resalta entra la ya destacada filmografía de Chirstopher Nolan. Dando a conocer detalles de un acontecimiento que cambio el rumbo de la humanidad en el Siglo XX y que aun hoy en día presenta la posibilidad de extinción de la raza humana. Sin embargo, no deja de lado la importancia de uno de los avances científicos más importantes en la historia de la física.
J. Robert Oppenheimer a pesar de su fama de mujeriego, tiránico, rimbombante era un físico brillante, que realizó importantes estudios en astrofísica, física nuclear, espectroscopia y teoría cuántica. Dirigió a toda una generación de destacados físicos, no solo en el proyecto Manhattan.
Nolan nos da a los no versados en el campo de la física suficientes elementos para formarnos una opinión sobre algunas de las acciones más controversiales en su vida. Pero con una visión objetiva que no deja de lado sus virtudes y defectos con una obra extraordinaria que destaca en su narración, sus logros técnicos y el ritmo de su narración con nos mantiene en vilo hasta el final.