Por Óscar Fernández
“Cuando te vi me enamoré y tu sonreíste porque lo sabías”
William Shakespeare
Empecé desentrañando en la novela de “Roma soy yo” la historia del gran Julio Cesar, y ese libro me llevó a descubrir a Cleopatra, una enigmática y autentica mujer que inspiró a Shakespeare para crear una de sus obras más notables; “Romeo y Julieta”
Dicho texto habla del amor desmedido entre Marco Antonio, quien fue la mano derecha de Julio Cesar, mismo hombre del que Cleopatra tuvo a su primer hijo, Cesarión. Cuando el gran Julio Cesar hubo muerto en Roma se formó el segundo triunvirato, en el que gobernaban tres hombres: Marco Antonio, César Octavio y Lépido.
Cleopatra quedó muy decepcionada de que Julio Cesar no hubiese puesto a su hijo Cesarión para gobernar Roma, entonces Marco Antonio, quien era el hombre de confianza de Cesar leyó en la plaza publica el testamento del fallecido líder romano más celebre, en el que nombraba a Octavio como su hijo adoptivo y heredero convirtiéndolo en el primer emperador de Roma, él en agradecimiento persiguió a los asesinos de Cesar y fue así como el histórico dictador ganó aún más popularidad tras su muerte.
Cleopatra ya no se sentía segura en Roma, entonces regresó a su reino en Egipto, trono que fue apoyado e instaurado por Julio Cesar, tas derrotar a Ptolomeo XIII en la Batalla del Nilo. Por otro lado, Marco Antonio había vencido en la batalla de Filipos y citó a Cleopatra en Tarso pues no estaba muy contento con el comportamiento de la reina de Egipto y quería reprocharle y humillarla, pero esa situación fue aprovechada por Cleopatra e iría dispuesta a seducir a Marco Antonio, a quien veía como el sucesor natural de Julio Cesar.
Cleopatra sabía que, si lograba aliarse con Marco Antonio, juntos harían una pareja que resucitaría el poderío de Egipto y recuperaría el esplendor del pasado. Marco Antonio no pudo resistirse, 4 días con sus 4 noches le bastaron a la reina para poner a Marco Antonio a sus pies en una pasión que duraría 14 años.
“En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber”
Ahora Julio Cesar había quedado en el pasado, así como el hijo de Cleopatra y del fallecido dictador romano, que cuenta la historia que no llegó a la edad adulta, Cesarión fue asesinado. Por otro lado, Cleopatra y Marco Antonio tuvieron tres hijos.
Marco Antonio tomaba Roma, tomaba a Cleopatra, y aunque no llegó a ser como Julio Cesar, tomó todo lo que pudo de lo que fue el gran conquistador. En cuanto a Cleopatra supo jugar bien sus cartas, como lo dijo Shakespeare.
La reina llegó navegando el rio en un barco con la punta de oro, velas moradas y remos de plata que seguían el ritmo de las flautas, los caramillos y las liras que se escuchaban en el interior de la embarcación. Cleopatra iba a repetir su maniobra y sin importar que Marco Antonio estuviera casado en Roma con Fulvia, la reina no apareció humillada y débil, se dejó ver empoderada y seductora, decidida a conquistarlo. Y antes de que Marco Antonio pudiera decir algo Cleopatra se presentó revelándole un mundo divino, en el que ella era el centro, como la nueva Isis se mostraba ante el conquistador.

“El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que las jugamos”
La reina egipcia logró que Marco Antonio abandonara su vida política y sus responsabilidades, para vivir una vida fastuosa y llena de lujos con su amada Cleopatra, esto lo llevó a ser declarado enemigo de Roma y de Octavio Augusto, el amor de Marco Antonio por Cleopatra se impuso de tal modo que el conquistador abandonó las operaciones militares. Cuentan varios historiadores, entre ellos Plutarco que Marco Antonio parecía estar bajo alguna droga o hechizo infringido por la reina egipcia, se le llegó a percibir como fuera de sus facultades mentales, solo pensaba en ella en vez de pensar en hacer grande a Roma.
Marco Antonio no era tan inteligente ni poderoso como Julio Cesar, pero Cleopatra fue del único hombre que realmente se enamoró y le ofreció todo su imperio, banquetes y lujos, ambos disfrutaban de las fiestas y el despilfarro. Había mucha pasión entre ellos, rupturas y reconciliaciones. Marco Antonio tuvo que regresar a Roma para casarse con Octavia por acuerdo de su gobierno, pero nada le hizo olvidar a su reina, y lo dejó todo de nuevo para volver a Egipto donde con tres hijos materializó su amor. Primero llegaron los gemelos Alejandro Helios, Cleopatra Selene II, y después nació Ptolomeo Filadelfo.
Como siempre ocurre con los grandes amores terminó todo en una tragedia, en la guerra ptolemaica, 32 al 30 a, C. Octavio Augusto persiguió a Marco Antonio hasta Egipto en la batalla naval de Actium, en la que cayó la flota de Marco Antonio donde consiguió huir, refugiándose con Cleopatra en Alejandría.
Un año más tarde el ejército de Octavio tomó la ciudad dispuesto a terminar con la pareja, Marco Antonio recibe la falsa noticia de que Cleopatra había muerto y el romano que le había prometido a su amada que a la muerte de uno le seguiría la muerte del otro decide el 1 de agosto a. C. desenfundar su espada y clavársela para suicidarse, pero no tuvo buena puntería y al no haber atinado a su corazón tuvo una larga agonía que lo llevó a la muerte unos minutos más tarde.

Cleopatra iba a ser llevada como trofeo por Octavio a Roma, pero ella al enterarse de la muerte de su amado Marco Antonio quedó rota de dolor por el amor perdido. Sin más alternativas pretendió seducir a Octavio, como lo había hecho con Julio Cesar y Marco Antonio, pero a Octavio no le gustó su nariz, entonces la reina para la que nada era imposible fracasó, y de ahí viene la frase: “Si la nariz de Cleopatra hubiera sido más corta, la historia del mundo habría cambiado”
Ella no resistió a la humillación de Octavio, se vistió con sus mejores ropajes y pidió ser sepultada junto a Marco Antonio. Cumpliendo con el ritual egipcio se quitó la vidadejándose morder por una cobra sin haber cumplido aún los 40 años.
“Cualquiera puede dominar un sufrimiento, excepto el que lo siente”
Octavio en venganza por no haber podido llevar a Roma a ninguno de los dos, llevó a los tres hijos de la pareja y se los entregó a la viuda legal de Marco Antonio, Octavia, que además era su hermana menor, para que fuera ella quien los tutelara. Aunque de los varones no se ha sabido nada, se conoce que Cleopatra Selene se casó un el rey africano Juba II de Numidia, y estableció su residencia en Mauritania hasta su muerte.


Con el fallecimiento de la pareja finalizó una de las historias más bellas de todos los tiempos, allí quedó sepultado por la guerra y la traición un amor de 22 años, los que Cleopatra duró en el poder y le permitieron llevar a Egipto al esplendor de sus más grandes antepasados. Con el suicidio de Cleopatra en el año 30 a. C. finalizó una era.
En la novela de Shakespeare se habla de un amor de estas características, ambientada en otro tiempo, pero con una persecución de intereses y sobre todo el suicidio de los amantes, pues sin uno de ellos en este mundo la vida ya no tenía razón de ser.