Teléfono negro, el terror de la realidad

Teléfono negro es la historia de una adolescente que es secuestrado por un asesino y recibe ayuda de los espíritus de víctimas pasadas a través de un teléfono desconectado.

La película es una historia de desaparecidos con un toque sobrenatural, pero la parte más aterradora es que es un reflejo de la realidad. Un montón de niños desaparecen en un pequeño pueblo y la policía no tiene idea de la identidad del asesino. Pero también es la historia de padre viudo que no tiene idea de cómo tratar a sus hijos, lo que degenera en abuso doméstico.

Teléfono negro está basado en un cuento corto del escritor Joe Hill. Hill es hijo del mítico escritor Stephen King y hereda de su padre la pasión por contar historias sobrenaturales basadas en el terror de lo cotidiano. Y la ha hecho generando un nombre propio en el competido mundo de literatura.

El encargado de llevar este escrito a la pantalla es el director Scott Derrickson. Quien en el pasado ha hecho joyas de terror como Siniestro (2012) y El Exorcismo de Emily Rose (2005).

Teléfono negro, al igual que las obras pasadas de Derrickson y la historia de Joe Hill se apoya en la idea de que el terror está en la vida misma.

El primer acto se toma su tiempo para construir a los personajes y su entorno. Mason Thames (Finney) y Madeleine McGraw (Gwen) interpretan a una pareja de hermanos que tiene que cuidarse de los malos ratos de su alcohólico padre. Mientras ven como sus compañeros de escuela están desapareciendo. Eventualmente Finney se convertirá en víctima de secuestro, del asesino conocido en los medios como The Grabber.

The Grabber, es un hombre que secuestra a sus víctimas para torturarlas y matarlas. Utiliza una máscara de diablo con partes intercambiables, la boca de esta refleja el humor del asesino o puede simplemente quedarse con los ojos. El personaje es el coco, el hombre del costal del que nos hablaban nuestra abuelitas y es interpretado de manera atemorizante por Ethan Hawke, sin mostrarnos su rostro en todo el filme.

Derrickson vuelve a hacer pareja en pantalla con Hawke y lo convence de romper su promesa de no interpretar villanos (después volvió a romper su promesa para la serie de Marvel, Moon Knight). Este asesino disfruta torturando psicológica y físicamente a sus víctimas, con la esperanza de dejarlos ir, jugando un sádico juego con sus víctimas.

Thames y McGraw por su parte, muestran un gran talento como actores jóvenes en dos papeles que son muy demandantes. El de la víctima que sabe que no regresará a su casa y el de la hermana que hará todo lo posible para traer a su familiar de vuelta.

Thames como Finney refleja fuerza y vulnerabilidad, mientras que McGraw como Gwen tiene un lado determinado y picaresco o desafiante. En un entorno en el que no encuentran apoyo de los adultos.

El elemento sobrenatural se vuelve parte de la tensión y la circunstancia de estos jóvenes personajes. Finney recibe ayuda de las víctimas del asesino y Gwen recibe pistas sobre el paradero de su hermano. Pero principio hay un resistencia a esta sobrenaturalidad, que les ha sido negada por un mundo de mayores.

El gran talento incipiente de esta pareja de actores y la experiencia de Hawke vuelven el “teléfono negro” una obra imperdible para los amantes de las películas de suspenso y de terror. Un filme alejado de los slashers y de los seres monstruos sobrenaturales, que nos recuerda que la maldad de carne y hueso.

Teléfono Negro es dirigido por Scott Derrickson y protagonizado por Ethan Hawke, Mason Thames, Madeleine McGraw, Jeremy Davies, E. Roger Mitchell y Troy Rudeseal.

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