¡Que Viva México!, la nueva película de Luis Estrada

Desde el estreno de la Ley de Herodes (1999) las películas de Luis Estrada se han convertido en un acontecimiento sexenal. Sus comedias fársicas han denunciado la corrupción de la política, la violencia del narcotráfico y la relación de las medios con la política.

Con ¡Que Viva México! el director de la Dictadura Perfecta (2014) prometía una crítica al panorama político actual, con la historia de una familia, separada por la clase social y la lucha por una herencia. 

El estreno de este película se ha encontrado como nunca antes en un clima de polarización que juega en su contra. Por un lado están los que no quieren verla por su críticas a la 4T. Y por otro lado están los que encuentran “molestas” (por decirlo de forma amable) las declaraciones y posiciones políticas del actor Damián Alcázar. Favorito en la filmografía de Estrada.

Pero más allá de estás posiciones ¿qué podemos decir del filme?

La película cuenta la historia de Pancho Reyes (Alfonso Herrera). Un ingeniero de la capital del país que tiene un puesto destacado en un fábrica. Casado con una bella mujer (Ana de la Reguera) y con dos hijos.

Cuando su abuelo (Joaquín Cosio) muere en su pueblo natal en el norte del país, Pancho se ve obligado a viajar con su familia para lidiar con los asuntos de la herencia y sus parientes. Sus padres (Damián Alcázar y Ana Martin), sus hermanos, sus parejas, sus hijos y sus tíos, el político de la familia que ha cambiado de partido con cada sexenio, y al sacerdote del pueblo. 

A diferencia de otras películas del cineasta, está nombra en repetidas ocasiones por nombre al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en boca de sus detractores y sus seguidores.

El filme trata de hacer una crítica severa a ambos:

Por un lado tenemos a una familia de clase media alta, que vive con el trauma de haber salido de un extracto social bajo. Que procura alejarse de sus raíces y con indiferencia se pone al lado de los explotadores de la clase trabajadora. Mientras mantiene un nivel de vida acomodado, con base en las apariencias. Con deudas de hipoteca, tarjetas sobregiradas y el uso de marcas de moda.

Y por otro, una familia extendida, que vive en la pobreza, sueña con la riqueza fácil. Con poca educación y parasita, que busca cualquier oportunidad para la fiesta y la comodidad que no se puede permitir. Mientras se llena de hijos y conviven todos un espacio.

La comedia de Estrada funciona mientras critican a la clase alta a la que sirve Pancho. Y a las instituciones que representan sus tíos, la política y la iglesia. Incluso en las complicadas relaciones familiares, que por ambición se pelean por una herencia.

Pero la farsa en el cine del cineasta comienza a jugar en su contra conforme pasa el tiempo. La extensa duración y la exageración de sus estereotipos muestra personajes con poca profundidad. Si bien es cierto que están basados en el machismo y el clasismo, latentes en el país, las acciones y desarrollo se vuelven cada vez más inverosímiles y pierden el rumbo.

Aunque hacen un buen trabajo con lo que tienen, Alfonso Herrera, Damián Alcázar, Joaquín Cosio, Ana de la Reguera, Ana Martin y sobretodo Angelina Peláez, resulta imposible empatizar con sus personajes. 

Como favoritos de Luis, Damián y Joaquín realizan varios personajes, en un ejercicio que parece innecesario. 

Muchas de las críticas que realiza la película parecen justas y adecuadas en su momento. Pero el realizados intenta abarcar mucho y las vuelta de tuerca no muestran un lado positivo con el que podamos empatizar. Además del fallido uso constante del humor escatológico, que parece fuera de lugar la mayoría de las veces.

La ambición podría ser el tema central de la historia, pero las fallas de guion la inclinan más hacía el resentimiento. La indiferencia de unos no justifica la ambición de los otros. Mostrando las peores cualidades nuestro país y nuestra gente, como lo hace muchas veces el cine extranjero. Rosendo, el padre de Pancho lo resume en una frase “tú fracaso es nuestra alegría”, como la historia de los cangrejos en el bote. 

Luis Estrada es un gran cineasta y ¡Que Viva México! prometía mucho, pero no alcanza a cumplir con las expectativas. Dentro de su filmografía, podemos decir que es una obra menor, pero al final todos tenemos derecho a un mal día en la oficina. Y este es el de Estrada.

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