Guillermo del Toro es uno de los cineastas más brillantes de la actualidad, además de uno de los más ocupados. Cuando no está dirigiendo una película, está escribiendo una novela, produciendo una serie o haciendo labor filantrópica.
Si bien es cierto que no todas sus películas están al mismo nivel. Todas sus obras comparten un estilo particular que añade fascinantes y hermosas criaturas a su panteón. En el caso de Pinocho, Memo no sólo nos entrega una de las mejores películas de su filmografía, sino la reinvención de una historia clásica, con la oscura belleza de los personajes de del Toro.
Pinocho es llevado a la Italia de la Segunda Guerra Mundial, donde la marioneta de madera cobrará vida con una hermosa y conmovedora historia, que también tiene poderosas reflexiones sobre la vida y la muerte.
El filme que llegará en diciembre a Netflix, fue preestrenado en la Cineteca Nacional y en algunos cines de circuito independiente. En la que resultará una experiencia única e increíble para los que tengan la oportunidad de verla en la pantalla grande.
Pinocho es un proyecto que Guillermo del Toro persiguió durante años, una obra realizada en el Stop motion con corte musical, con una pegajosa música de Alexandre Desplant, un gran sentido del humor y una gran belleza.
En el trabajo vocal en inglés destacan Ewan McGregor como Sebastian J. Cricket, cómo el pequeño grillo que acepta la misión de ser la conciencia de Pinocho y como narrador con un gran sentido del humor. David Bradley, como el conmovedor Geppeto, un hombre de avanzada edad que crea a Pinocho después de una gran pérdida. Y Gregory Mann, que da voz al inquieto, ingenuo y a veces travieso niño de madera.
Aunque no podemos dejar de lado el trabajo de Burn Gorman, John Turturro, Cate Blanchett, Christoph Waltz, Tilda Swinton y el favorito de del Toro, Ron Perlman.
Pinocho es un gran ejemplo de lo que se puede hacer con una historia, ya conocida, pero presentándola con audacia e ingenio en un ambiente y estilo diferente.
Una obra maestra de Guillermo del Toro que hay que ver sí o sí.