Aunque la belleza y lo grotesco son conceptualmente opuestos, en el arte algunos pintores, escritores y cineastas han encontrado belleza en lo grotesco. David Cronenberg, siendo un especialista en el terror corporal, con Crímenes del Futuro sea apoya en su oficio para intentar impactar al espectador haciendo una declaración “la cirugía es el nuevo sexo” y de paso cuestiona el valor artístico de expresiones del contemporáneo (como el performance y el tatuaje) y las alteraciones corporales.
El filme se sitúa en un futuro no muy lejano, donde el cuerpo humano se está adaptando al entorno sintético donde las alteraciones corporales se convierten en una forma popular de arte.
Saul Tenser (Viggo Mortensen) y Caprice (Léa Seydoux), realizan actos de performance por medio de la cirugía. El cuerpo de Tenser genera nuevos órganos que Caprice remueve frente a una audiencia. Caprice además tatúa estos órganos y los dona a una agencia gubernamental recién creada que cataloga los nuevos órganos del cuerpo. Mientras que hay una organización gubernamental (New Vice) que persigue a aquellos que alteran la evolución humana.
Cronenberg antes de la presentación de su filme en el pasado Festival de Cannes declaró que sentiría como un halago que la gente se saliera de la proyección de su película. Lo que ya nos hacía pensar que esta no es para todo el mundo.
Aunque este no es el triunfante regreso del cineasta a la pantalla grande, después de 8 años de ausencia. Crímenes del Futuro hace cuestionamientos interesantes a través de su reparto y actuaciones bien cimentadas.
Mientras el agente de New Vice, Cope (Welket Bungué), cuestiona el valor artístico del performance de Tenser y Caprice y otros como ellos. Timlin (Kristen Stewart) y Whippet (Don McKellar) como trabajadores del Registro Nacional de Órganos no pueden evitar sentir admiración y pasión por los performance corporales.
En este mundo futurístico los personajes buscan sentir algo, por su insatisfacción ante el sexo tradicional y la belleza. Ese algo puede venir del dolor, los cambios corporales e incluso su exposición a la muerte.
Los cuestionamientos éticos, artísticos y de la evolución humana son temas que Cronenberg utiliza en esta obra, que destaca por su imágenes impactantes y sus buenas actuaciones, aunque se queda corta al tratar de empatizar con los personajes.
La belleza de lo grotesco o los gustos sexuales particulares que obras de Cronenberg como eXistenz (1999) y Crash (1996) que destacaron a finales del siglo pasado se encuentran ante un nuevo panorama (que si bien no es nuevo) ya ha sido explorado por otros cineastas con mayor éxito en épocas recientes. Como en Titane (2021) de Julia Ducournau.
Sin embargo no deja Crímenes del Futuro no deja de ser una obra que vale la pena revisar, sobre todo para los fans del cineasta canadiense.
El filme nos llega tarde a la pantalla grande, pero también se puede ver como estreno exclusivo para Latinoamérica en la plataforma MUBI.