Ninguna persona que conozco ha pasado por la vida sin enfrentar alguna adversidad, una situación que la pone en jaque y la lleva al extremo de la intranquilidad. Es entonces que buscamos algún tipo de apoyo para poder continuar y, en ocasiones, desconocemos que la fuerza principal para sortear el mal momento viene desde nuestro interior.
El ajetreo, la vida acelerada, el estrés y otras situaciones suelen provocar que nos desconectemos de manera constante de nosotros mismos, de nuestra esencia, de eso que, dicen, “llevamos dentro”.
¿Se identifica?
Para poder reconectarse con uno mismo, existe la espiritualidad y con ello no me refiero a la práctica de una religión, sino al hecho de conocerse a uno mismo desde lo más profundo de su ser: saber cuál es el significado que quiere darle a su vida, conocer de manera clara en qué cree usted, incluso reconectarse con la naturaleza.
Todas las personas estamos en constante cambio, lo que significa que conforme vamos adquiriendo experiencias, nuevos pensamientos y viviendo situaciones novedosas, necesitamos redescubrirnos, rehacernos, desaprender y aprender. Aquí es donde la espiritualidad entra en juego y nos puede ayudar a construir la forma en la que nos relacionamos y conectamos con otras personas.
Alcanzar este nivel de conexión y autoconocimiento es, en muchas ocasiones, la fuente de inspiración para numerosos artistas que son capaces de expresarse y llegar a las demás personas a través de la pintura, escultura, literatura, danza y cualquier otra expresión artística.
Lo sabemos, históricamente, la espiritualidad está ligada al arte.
Pero la inspiración no sólo es para quienes se dedican a las bellas artes. A través de la espiritualidad, cualquier persona puede inspirarse y expresarse en su respectiva profesión, relaciones personales y vida diaria.
Tal vez hoy, justo en este momento siente esas ganas o necesidad de conectarse con usted desde lo más profundo de su ser. Empezar a hacerlo no requiere de ningún sacrificio ni mucho tiempo, así que le voy a recomendar algunos ejercicios que a mí me pusieron en este camino:
- Identifique un lugar en su casa o cercano a ella en el que sienta paz al estar allí, a solas, luego de volver del trabajo o de alguna actividad estresante.
- Ignore su teléfono celular, tómese un tiempo (los minutos que usted considere necesarios) para reflexionar y meditar, escuche los sonidos que le rodean.
- Durante estos minutos de tranquilidad y paz, trate de pensar de manera muy positiva en usted, en lo que hace, en lo que le gusta, en sus seres queridos y los buenos momentos que pasa con ellos.
- Trate de hacer este ejercicio 3 veces por semana, se sentirá mejor.
- Si usted ya realizó esta actividad, felicidades, ha iniciado el camino para reconectarse con usted mismo y su espiritualidad.
“La tranquilidad perfecta consiste en el buen orden de la mente, en tu propio reino”.
Marco Aurelio
