El 27 de mayo de 1995 una noticia conmocionó al mundo. Durante una competencia de equitación el actor Christopher Reeve sufrió un accidente y su vida pendía de un hilo. Poco tiempo después se dio a conocer que la caída le había causado una lesión que lo dejaría cuadripléjico durante el resto de su vida.
Así es como comienza el documental Super/Man: La Historia de Christopher Reeve. Una película dirigida por los cineastas Ian Bonhôte y Peter Ettedgui. Quienes ya habían colaborado en el documental biográfico McQueen, sobre la vida del diseñador de modas Lee Alexander McQueen. Y en Rising Phoenix, el documental Netflix sobre los Juegos Paralímpicos.
Con un estilo narrativo no lineal, el documental cuenta la vida de Reeve después del accidente para después adentrarse en su vida personal y su carrera actoral. Antes y después de interpretar a Superman, en las películas de Warner Bros.
A través de material de archivo y testimonios de sus hijos Alexandra, Matthew y Will, de sus amigos Susan Sarandon, Jeff Daniels, Whoopi Goldberg y Glenn Close. Conocemos la personalidad y vida familiar de Christoper marcada por su padre, el poeta F. D. Reeeves, a madre de sus hijos mayores, Gae Exton, su esposa Dana y su gran amigo Robin Williams.
Superhombre de carne y hueso
En 1978 el superhéroe más famoso de las historietas, Superman, llegó a la pantalla grande en una superproducción dirigida por Richard Donner. En su momento para interpretar al “hombre de acero” la producción decidió dar el papel de Clark Kent/Superman a un actor desconocido. Rodeándolo de actores de renombre como Marlon Brando, Gene Hackman, Jackie Coopery y Glenn Ford.
El filme no solo fue en un éxito de taquilla, sino también un fenómeno cultural, que convirtió a Christopher Reeve en una estrella de cine.
Aunque Reeve buscaba convertirse en un actor de carácter, la sombra de Superman lo persiguió durante toda su vida. Al encarnar a un personaje de super fuerza y altos valores morales, ante el público no había una diferencia entre actor y personaje. Está fue la razón principal de que su accidente y posterior parálisis causaran tanto revuelo.
Ante esto el gran reto de los directores, con ayuda del guionista y editor Otto Burnham era ver más allá de la anécdota para conocer al hombre imperfecto y determinado detrás de la capa.
El filme no es tímido en mostrar las virtudes y fallas de Christopher. Quien había sido educado de forma férrea por su padre, el poeta F. D. Reeve y su madre Barbara.
Durante la mayor parte de su vida buscó la aprobación de progenitor. Y nunca sintió que sus acciones fueran bien recibidas. Formando un carácter competitivo que lo llevó a tratar de ir más allá en todo lo que se proponía.
Con su altura de 1.93, era atlético, jugaba hockey, piloteaba aviones y navegaba veleros. Como actor esto se reflejaba en el alto compromiso con sus papeles. Es bien conocido que para interpretar a Superman fue uno de los primeros actores en llevar a cabo una transformación física, con un regio programa de ejercicios. Negándose a utilizar un traje con músculos y realizar sus propias escenas de riesgo, incluyendo las acrobacias de vuelo durante la película.
Menos conocido es que aprendió equitación cuando interpretó al Conde Vrosky en una versión televisiva del clásico de la literatura Anna Karenina (1985). Aunque era alérgico a los caballos.
La mujer de acero y el gran amigo
Más allá de las anécdotas fílmicas, el punto fuerte de este documental está en la narración de su vida personal. Su historia con las dos mujeres que lo amaron, Gae Extony su esposa Dana.
El amor y la determinación son parte importante de la narración. Primero con la reivindicación de la figura de su gran apoyo, Dana. Una mujer que lo amó hasta el final de sus días. Y que se unió a él de forma entusiasta en la creación de la Fundación Christopher Reeve. Y después fue rebautizada Fundación Christopher y Dana Reeve.
Otro aspecto significativo es la gran amistad entre Christopher y Robin Williams. Quien representó un gran apoyo en su vida y en su lucha por los derechos de las personas con capacidades diferentes.
El actor estaba convencido que algún día volvería a caminar, pero podemos ser testigos de la transformación y crecimiento que representó su parálisis.
Bonhôte y Ettedgui utilizan la analogía entre Superman y Christopher. Y la refuerzan con elementos gráficos que muestran la figura de vuelo, el monumento del ídolo, afectado por la kriptonita. Que no solo se presenta en la forma de su accidente, sino también en sus fallas como humano.
Se agradece el uso de la clásica música de John Williams del filme de 1978, que se combina de forma armónica con la música de Ilan Eshkeri. Que nos recuerda a la partitura de Hans Zimmer de El Hombre de Acero (2013) de Zack Snyder.
Estos elementos vuelven en su conjunto a Super/Man: La Historia de Christopher Reeve un documento conmovedor, pero también reflexivo e inspirador y por momentos incluso hasta romántico. Buscando transformar la visión sobre lo que es un héroe.
En palabras de Christopher Reeve:
“¿Qué es un héroe? Antes mi respuesta hubiera sido que un héroe es alguien que realiza un acto de valor sin considerar las consecuencias. Ahora mi definición es completamente diferente. Creo que un héroe es una persona común que encuentra la fuerza para continuar y soportar a pesar de los obstáculos abrumadores”.