Diego Beyró: creativo, artista y gestor autodidacta, se decidió por mudarse de Buenos Aires a la Ciudad de México de golpe. Guardó sus cosas en un par de maletas, abandonó su trabajo estable en una agencia de publicidad en su país natal y vino hasta aquí a probar suerte.
Al poco tiempo comenzó a cultivar el éxito en la capital mexicana. Al principio en la publicidad, un territorio conocido para él, y luego, como su espíritu inquieto le exige, volvió a renunciar a todo para ir a Europa a hacer el famoso “Camino de Santiago”, una ruta a pie que tiene varias opciones de trayecto pero una sola meta: La Catedral de Santiago de Compostela en Galicia, España. Muchas personas hacen este trayecto como peregrinación religiosa, pero Diego lo hizo en un acto de introspección y se encontró consigo mismo: decidió ser artista; explorar con su obra la imperfección de la memoria y las formas en que la intervenimos, manipulamos y reconstruimos con el paso del tiempo.
Además de eso, a la vuelta de esa larga caminata desde Francia hasta España, Diego impulsó varios proyectos relacionados con el arte, entre ellos la feria Clavo, a la que denominan como un movimiento y que en este 2022 llegó a su tercera edición con éxito rotundo.
En exclusiva, SoftMagazine.mx entrevistó a Diego Beyró.
Kristina Velfu.- ¿Cuál es tu historia Diego?
Diego Beyró.- He decidido convertirme en nómada, vendí todas mis cosas. Me iré de nuevo a hacer el Camino de Santigo, ahora desde Portugal. Por eso decidí compartir Clavo con dos colegas que han dado seguimiento puntual a la idea original.
Empecé en la publicidad. Me iba bien en Argentina, de donde soy yo, pero me faltaba algo… necesitaba del arte.
Acabo de ponerme este tatuaje, es un clavadista. [Señala su brazo] Ese soy yo: me lanzo.
K.V.- ¿Cómo ha evolucionado Clavo?
D.B.- Justo en esta decisión de ser nómada e irme de viaje, al menos 3 meses, decidí establecer acuerdos con dos amigos: Enrique Argote y Sebastian Barrandeguy, a los que les transferí el proyecto, aunque no dejo de estar de cerca en él. Me gusta esta percepción sobre mí, de ambigüedad. Nadie sabe exactamente si ya me fuí, si sigo en México, si estoy en Clavo o ya no… es extraño pero eso me pasa.
Con sus ojos soñadores y cristalinos, un poco enrojecidos por desvelo o quizá porque son su principal herramienta de trabajo, Diego Beyró es un hombre emotivo que conoce sus capacidades ejecutivas y de materialización, pues bajo su intervención, donde no había nada se genera un proyecto nuevo y luego otro. Así ha construido Casa Equis, una galería de arte; Clavo y FAIN. Todos proyectos exitosos que han dinamizado la vida cultural de la Ciudad de México y que han desafiado al sistema predominante del mercado del arte local, democratizando sus formas y generando comunidades más flexibles y contemporáneas. Además lleva a la par su producción artística
K.V.- ¿Cuál es tu tema de interés en el arte?
D.B.- La memoria y su imperfección. Exploro cómo en nuestra mente recreamos un suceso de acuerdo a muchas variables, internas y externas, que nos hacen reinterpretar el tiempo y la experiencia de múltiples formas; al final intervenimos ese recuerdo original de acuerdo a nuevas experiencias y aprendizajes. En realidad la memoria es algo dinámico. Ahora presento una serie de imágenes digitales intervenidas, todo a través de herramientas tecnológicas. La vida cotidiana, de recuerdos a los que acudimos periódicamente y que se modifican con algún otro elemento.
También en mi obra hay melancolía e intimidad.
K.V.- ¿Qué sigue?
D.B.- Todavía me estoy buscando. El viaje que estoy por emprender será parte de mi proyecto artístico. Grabaré cada día mis pasos y los convertiré en NFTs.
Ser artista es algo que inevitablemente eres. Existe en nosotros una necesidad inherente de expresar lo que tenemos dentro. Muchas veces sin un camino muy definido.
De momento México sigue siendo mi lugar de residencia, es decir aquí regresaré después de este viaje que contempla también Grecia. Después ya veremos…
Actualmente en el instagram de Diego Beyró @diegobeyro es posible seguir su camino en la ruta a Santiago de Compostela y este viaje que promete ser un nuevo parteaguas en su vida a sus 38 años, cuando se aproxima a la mediana edad. Lo más interesante de este artista sudamericano es su capacidad de concretar ideas, darles forma y volverlas realidad.