El actor John Krasinski demostró ser un director talentoso con Un Lugar en Silencio (2018) y su secuela Un Lugar en Silencio 2 (2020). Cimentando una franquicia de terror, que logró hacer de la exhibición (en ambo casos) una experiencia particular, contagiando el silencio de las pantallas a las butacas del cine.
Ahora Krasinski se interna en el cine familiar con IF o Amigos Imaginarios. Un filme que busca contagiarnos la magia de la infancia, para disfrutar de la madurez.
En Amigos Imaginarios una preadolescente, Bea (Cailey Fleming) se muda momentáneamente con su abuela (Fiona Shaw), a su pequeño departamento de New York. Mientras su padre (John Krasinski) se somete a una cirugía de corazón.
Bea visita constantemente a su padre en el hospital, pero su padecimiento y el departamento de su abuela, le recuerdan la enfermedad que le arrebató a su madre cuando era pequeña.
Después de rebuscar en los recuerdos de su niñez, descubre que puede ver a una serie de extrañas criaturas. Estás son los amigos imaginarios que han sido olvidados por sus niños. Entre ellos la bailarina Blossom (Phoebe Waller-Bridge) y el peludo Blue (Steve Carrell), quienes comparten departamento con el malhumorado Cal (Ryan Reynolds). Un hombre que también puede verlos y está decidido a buscarles un nuevo hogar.
Aunque Bea está pendiente de su padre, decide ayudar a Cal en su misión. Lo que la llevará a una especie de hogar de acogida para amigos imaginarios. Su imaginación ayudará a Cal a colocar a los “AMIs” y en el proceso agregarle un poco de imaginación al asunto.
La experiencia de Amigos Imaginarios es un viaje emocional por la perdida, la esperanza y recuperar la esencia de la niñez. Un camino de crecimiento tanto para Cal como para Bea en el que tiene que aceptar que, a pesar de las circunstancias todo estará bien al final.
Aunque el filme tiene algunos problemas de edición y de continuidad, Krasinki lo compensa con emoción en filme que podrán disfrutar los niños, pero que sobre todo les llegará a los grandes.
Krasinki combina con acierto las actuaciones de sus actores, el trabajo vocal y la animación. En un filme que tiene sabor a película familiar de los ochenta.
Destaca el descubrimiento de Cailey Fleming, la joven protagonista, quien a pesar de que ya lleva tiempo trabajando en la industria, ahora recibe su primera gran oportunidad. Mientras que Ryan Reynolds se encuentra contenido y se complementa muy bien con Cailey.
John Krasinki tiene una pequeña participación como el ingenioso padre de Bea. Y ver a Fiona Shaw como la abuela es una delicia, aunque tampoco tiene un papel extenso.
El trabajo vocal de Phoebe Waller-Bridge y Steve Carell es muy bueno. Y podemos ver en escena post-créditos un homenaje a Louis Gossette Jr., quien realizó una participación antes de su muerte.
Aunque no es perfecta, es un filme divertido que conmoverá a más de uno.