Por Óscar Fernández
“Aunque era muy timido, descubrí que podía subir al escenario si tenía una nueva identidad”
David Bowie
Hay libros que nos sacuden y nos muestran la crisis de identidad de muchas maneras, podemos pasar de lo infantil a lo clásico, del terror a la comedia, de notros mismos a cualquier otro ente. Y ciertamente solo las páginas de los libros pueden hacernos ver estos escenarios con claridad.
Un gran ejemplo es La Metamorfosis de Franz Kafka; aunque el escritor es complejo y varios han tratado de descifrarlo, la mayoría de los lectores concuerdan en que la identidad varía de la juventud a la vejez. Una noche te acuestas siendo un joven funcional, pero a la mañana siguiente, después de una sucesión de años te descubres con los brazos débiles, el cuerpo pesado, totalmente inútil a la sociedad, como un insecto que se tiene que esconder debajo de los sillones para no ser aplastado.
La analogía de Kafka con el escarabajo o la cucaracha sorprende lo que el tiempo hace con el ser humano, es tan descriptivo que nos puede hacer sentir cada segundo de la pesadez de los años, nadie lo pudo haber hecho mejor ilustrando el paso del tiempo, por eso este libro se ha convertido en un clásico.
Otro libro que atenta contra la identidad es El Circo de la familia Pilo del escritor australiano diagnosticado con esquizofrenia Will Elliot; en esta obra nos muestra que los payasos son diabólicos, terroríficos, un joven bueno que es reclutado por tres clowns experimenta una transformación abrupta al untarse en la cara el maquillaje, pasa de un hombre normal a ser un asesino sin escrúpulos, dispuesto a todo.
Con el maquillaje su voz ya no es la misma, su semblante y mirada son las de un despiadado payaso que distante de causar carcajadas siembra el miedo, la novela plantea esa doble identidad que puede haber en las personas, es en su totalidad una historia sangrienta y de terror.
Si nos vamos a lo infantil podemos dejarnos sorprender por Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll, aparentemente es un libro que no tiene sentido, solo una niña que sigue a un conejo blanco hasta su madriguera y al saltar adentro se encuentra con un mundo que no tiene pies ni cabeza.
Tal vez el escritor británico nos quiere llevar a nuestro subconsciente y dejarnos ver que no controlamos nada, o puede que el autor quisiera cambiar el panorama de una vida aburrida ¿Quién no quisiera que la lógica dejara de ser vigente para vivir otro tipo de experiencias nunca imaginadas?
Un libro que puede causar angustia, No confíes en nadie de S. J. Watson, ¿te imaginas que pasaría si cada mañana al despertar no recordaras tu nombre, tu pasado, a la gente cercana y crees que la persona que está a tu lado puede estarte mintiendo?
La desesperación de perder la memoria y ser presa de una vida en la que caminas a ciegas puede ser un indicador que, aunque creamos que todo lo sabemos y lo controlamos, en definitiva, ignoramos muchas cosas que nos rodean, el escritor en la novela nos reduce al mínimo control del personaje principal y nos lleva a esa duda constante de seguir una verdad que está completamente empañada.
Podemos encontrar varios libros dedicados a la identidad o a la falta de ella, estos planteamientos nos hacen preguntarnos ¿Y dónde quedo yo?
He de finalizar con El viaje del elefante de José Saramago, una historia que raya en la comedia, pero también en la compasión, habla del viaje que emprende un elefante llamado Salomón a través de Europa por capricho de un rey, el gran literato mezcla la historia con la realidad, pero el punto medular es el viaje de la vida, pues debemos llegar al lugar en el que nos están esperando, aunque aquí el cuestionamiento sería diferente ¿era ese el viaje que yo quería hacer en mi vida?