El artista chicano de 72 años Roberto Gil de Montes presenta, a partir de este 22 de octubre la exposición “Rainy Season” en la galería de arte contemporáneo Kurimanzutto
Roberto Gil nació en Jalisco, México, pero pronto sus padres lo llevaron a vivir a Estados Unidos, donde radicó 50 años, lo que significa gran parte de su vida.
La decisión de emigrar fue de su padre, que a decir de él era “mal portado” y tenía un hermano mayor al -otro lado-, quien le pidió que le alcanzara para ver si con esto, maduraba y sentaba cabeza.
El padre de Roberto se fue a Estados Unidos a probar suerte y poco tiempo después su familia decidió alcanzarle allá. Así fue como el ahora pintor, llegó en plena adolescencia a Los Ángeles.
Hace no mucho Roberto decidió volver a México. Se instaló en La Peñita de Jaltemba, Nayarit un poblado cercano al mar en la riviera nayarita. Con ello redescubrió los placeres de no vivir en una gran ciudad y encontró la práctica de la contemplación, que los locales llevan a cabo cuando realizan sus trabajos artesanales.
Este 22 de octubre viajará a la Ciudad de México, donde piensa encontrarse con amigos suyos, de la comunidad de artistas chicanos, que vendrán a apoyarle en su inauguración. Orgulloso confiesa, “la comunidad de artista de origen mexicano en Estados Unidos, es muy solidaria, venir hasta acá para mi opening es un halago”
Kristina Velfu.- ¿Qué relación emocional tienes con los Estados Unidos?
Roberto Gil de Montes.- Total decepción. Estados Unidos es abiertamente racista. No hemos podido hacer nada en todos estos años. Lo que se había avanzado en los setentas, ha retrocedido radicalmente. Los artistas latinoamericanos vivimos en una especie de guettho. Consumimos nuestro trabajo entre nosotros. De verdad he escuchado decir a personas involucradas en la cultura “a los museos chicanos nunca iría un blanco”.
K.V.- ¿Qué relación emocional tienes con México?
R.G.- Cuando nos fuimos a Estados Unidos para encontrar a mi padre ya iba bien formado. Ya conocía bien a mi país, mi cultura y mis raíces. Las amaba.
Así que nunca las olvidé. Ahora estoy de vuelta en un lugar que permite la buena vida que sólo ofrecen las pequeñas poblaciones. Jaltemba, que antes era Xaltemba, con X, es un poblado junto al mar, sin embargo no mira al mar. Toda la vida la hace a espaldas de la playa.
Aquí puedo pintar sin distraerme con todo lo que ofrecen las grandes Ciudades llenas de consumo absurdo, con plazas comerciales en las que compras todo lo que no te hace falta.
K.V. ¿Cuál es la relación que identificas culturalmente entre ambos países?
R.G. Es una relación de retroalimentación. Ellos ya comen más tacos que hamburguesas. Les encantan las margaritas y aprecian las fiestas con espíritu mexicano.
En México se reivindican, gracias a su visión, algunas tradiciones como el Día de Muertos, que ha cobrado importancia en Estados Unidos. Ya lo mezclamos con el Halloween y todos nos vestimos de catrines y catrinas.
Definitivamente la relación es de retroalimentación.
K.V. ¿Cómo te tratan en México luego de vivir tantos años fuera ?
R.G. Pues hay veces que en la calle me hablan en inglés. Sin escuchar mi acento ni nada, me relacionan con lo “gringo”. Algo debe verse en mi cara que es distinto. También tengo un acento raro y a veces olvido algunas palabras en español.
En general me siento bien aquí.
K.V. ¿Qué presentas en Kurimanzutto?
R.G. Son obras que miran hacia el interior. Escuchaba en este pueblo donde vivo que la gente siempre se refiere a un cambio de clima y de estación cuando se viene “La temporada de lluvias”.
La serie contiene escenas de mi vida cotidiana. Aquello mundano que experimentamos. Hay jóvenes recostados sobre el agua. Rostros interrogantes se asoman detrás de superficies veladas, follaje verde, pantallas de televisión, máscaras y tocados que nos devuelven la mirada y esperan una respuesta. Cinco danzantes del venado fueron atrapados por la tormenta o se adentran lejos en el mar.
K.V. En tus palabras ¿Qué es el arte chicano?
R.G. Lo mío no es arte Chicano. Aunque los curadores y la prensa dicen que sí. Al final sí somos todas las etiquetas que vamos juntando a lo largo de la vida.
El arte chicano en realidad es aquél que recupera símbolos prehispánicos y lo hacen personas de orígen mexicano, migrantes en Estados Unidos, que nunca olvidan sus raíces.
Me gustaría que este tipo de arte fuera más universal y no de autoconsumo. Algunos coleccionistas de arte chicano en Estados Unidos han abierto museos para mostrar la colección, pero no es lo ideal que sean sólo para que entre nosotros lo admiremos y que siempre sea segregado el género, sin entrar a las grandes colecciones de arte universal.
Roberto Gil de Montes ha expuesto en la Bienal de Venecia, cuenta con múltiples presentaciones en solitario. En La Peñita de Jaltemba, desde que llegó, participa activamente en limpias de la playa y beneficios a la comunidad.
¿Dónde se puede visitar «Temporada de Lluvias»?
Gob. Rafael Rebollar 94
Col. San Miguel chapultepec
11850, Mexico City
tel. +52 55 52 56 24 08
Martes a sábado de 11 am to 6 pm
¿Cuándo?
22 de octubre al 15 de septiembre 2022