Por Óscar Fernández
“Estoy harto de historias de amor de gente bella, tenemos una deuda con los feos”
Andrés Neuman

Andrés Neuman es el escritor argentino que en 2009 con 32 años alcanzó el premio alfaguara, no se lo esperaba, pues en realidad quería ser futbolista. Lo recibió con entusiasmo, no por el dinero que había de por medio, sino por la cercanía que la publicación en todos los países hispanohablantes le daría con sus lectores.
No obstante, en las letras encontró una carrera magistral, y con el libro “El viajero del siglo” fue condecorado con tan distinguido premio. En esas páginas varía los escenarios que no se repiten en ningún momento, el lugar parece cambiante, la psicología de sus personajes es profunda y su manera de escribir intachable.
Neuman nos enseña a ver el siglo XXI desde la mirada del siglo que transcurre, en una Alemania Post napoleónica, donde los proyectos nacionalistas y los proyectos separatistas fracasan en una Europa unida, que a su vez está colapsada.
El viajero del siglo es como el cómo el autor, un argentino afincado en Granada desde su infancia, pero con un alma nómada. En la novela se encuentran el viejo musico con un vaso vacío esperando monedas y aquel viajero que ha recorrido infinidad de latitudes, cuando ambos se encuentran, el organillero, conoce más lenguas, tiene la perspectiva de aquellos lugares y paisajes que nunca han visto sus ojos, y por muy extraño que parezca el viajero se quiere quedar con él, pues aun viendo tanto mundo no lograba saber lo mismo que el anciano.
El organillero es como aquel filosofo nato que nunca había leído un libro, nunca revela de donde viene su sapiencia, pero algo le ancla a esa ciudad, no se sabe que motivo no le ha dejado marcharse nunca, lo mismo ocurre con el viajero del siglo de nombre Hans, al llegar a aquel lugar imaginario llamado Wandernburgo, una ciudad inexistente entre Prusia y Sajonia que no puede abandonar, aunque lo desea, se despide muchas veces, pero las circunstancias no se lo permiten, son hechos aislados, como conseguir un trabajo, conocer una persona o eventos sin importancia, pero se arraiga.
El libro es aquella reflexión de conocer el mundo desde adentro como si fuéramos parte de él, o visitarlo sintiéndonos ajenos, el organillero es el afincado que puede explicar el mundo desde aquella ciudad en la que ha permanecido décadas, y el viajero es el eterno apatrio que no se encuentra ni entiende que por más que se camine se llega a ese mismo lugar.
En el libro se rescatan títulos poéticos, como I-Aquí la luz es vieja, II-Casi un corazón, III-La gran manivela, IV-Acorde oscuro, V-El viento es útil.
Andrés Neuman es narrador, poeta, traductor, aforista y columnista. Empezó con los cuentos cortos y la poesía hasta que se adentró en una novela larga y consistente. Un hombre con profunda sensibilidad pues cuando nació su hijo Telmo dijo que hay cosas que podemos sentir, pero no nombrar.
En su novela “La Fractura” Neuman nos plantea la reconstrucción de la memoria, un hombre sobreviviente de la bomba de Fukushima que se enfrenta al olvido, es socorrido por cuatro mujeres, quienes tratan de reconstruir el puzle de su vida, desde el dolor, el amor, la vejez, la juventud.
Esta novela nos lleva a distintos escenarios como al autor le gusta recrear desde varios ángulos, con personajes reflexivos y filosóficos. Neuman tiene una lectura tan compleja como el lector quiera escarbar, pero el nivel de la trama es de buen gancho, por eso este joven alfaguara seguirá dando de qué hablar y que leer.