En las diferentes etapas de nuestra vida nos hemos encontrado con personas a las que hemos hecho parte de nuestra familia, a las que les damos nuestra confianza, invitado a algún lugar especial, amado como si fuera de tu misma sangre, contado un secreto y compartido momentos de intimidad. Sí, normalmente, les llamamos amigos.
Desafortunadamente, por muchos motivos, no todas las amistades son para siempre y no pueden ser iguales para toda la vida, dirían por allí “cumplió con su función zootécnica”..
¿Querido softer, cuántas veces no has tenido que despedirte súbitamente de una persona especial o con cuántas, poco a poco, has ido perdiendo contacto?
En realidad, en este momento, no podría contar cuántas grandes amistades han ido quedando en el camino, ni cuántas nuevas han llegado, sin embargo, puedo decir que todas y cada una significan, para bien o para mal, algo muy importante en mi vida.
He escuchado, sobre todo en los último años, decir a muchos que “las personas somos temporales”. Esta máxima, desde el punto de vista biológico es completamente cierta, sin embargo, pongo en entredicho si veracidad si la aplicamos a la vida emocional y sentimental de los seres humanos.
Considero, y si lo analizas profundamente no me dejaras mentir, que todas las personas que hemos tenido así de cerca en la vida, nos han marcado en muchos sentidos y mientras estemos vivos, tenemos en nuestra esencia algo de cada una de ellas.
¿Te has reunido con amigas o amigos después de años de separación?
Yo sí, y no sé tú querido softer, pero uno de los sentimientos más satisfactorios que he tenido es el reencontrarme con amistades del pasado y que desde el momento en que nos vemos, nos tratemos como si nos hubiéramos visto un día antes.
Ese nivel de conexión y amor no se encuentra todos los días… Si lo tienes, cuídalo.